Excéntricas, arrogantes, egocentristas, prepotentes y autoritarias; así son las personalidades del presidente de Estados Unidos, Donald Trump y del magnate tecnológico, Elon Musk.
El pleito público que se protagonizó esta semana, principalmente a través de sus propias redes sociales, era predecible, no por ello menos peligroso.
Como en ‘pleito de compadres’, las verdades han comenzado a salir, los reproches también. El empresario millonario ha acusado que sin sus recursos, Trump no habría logrado su regreso a la Casa Blanca ni la mayoría en el Senado, con la que garantiza que se aprueben todas sus reformas.
Enfrente, el presidente de Estados Unidos afirma tercamente que su proyecto presupuestal, que incluye recorte a los subsidios de las empresas de Musk, es ‘una belleza’.
Como buen dictador, apuesta a toda una narrativa para convencer de ello. Ha dicho que el sudafricano conocía la propuesta y se ha dicho sorprendido, ante las reacciones de un hombre con una personalidad similar a la suya.
Los pleitos entre estas figuras no son privativos del país de las barras y las estrellas. En México vivimos algo similar hace poco más de una década, con Andrés Manuel López Obrador y Ricardo Salinas Pliego.
Al inicio de esa relación, cuando AMLO aún no llegaba al Palacio Nacional, Salinas Pliego se volcó en favor de López Obrador. En promesa, el expresidente le aseguró el pago de facturas, una de ellas era que todos los apoyos de Bienestar se entregarían a través de las sucursales de Banco Azteca.
Pero Andrés Manuel cambió las reglas del juego y comenzó a pedir una serie de reformas legislativas que impidieron la condonación fiscal, entre ellas, las modificaciones a las donaciones. Los cambios legales costaron millones al Grupo Salinas.
Tras varias discusiones, en donde Salinas reclamó los acuerdos incumplidos y AMLO mantuvo la sordera, la relación entre ambos personajes se reventó.
Los ataques desde la mañanera y las respuestas, desde redes sociales o los noticieros de Azteca fueron la constante durante el sexenio de AMLO y se recrudecen cada vez que el fantasma de la evasión fiscal acecha al Grupo Salinas.
Las relaciones entre este tipo de personalidades son extremas y cuando uno de ellos tiene poder, simplemente se vuelven explosivas.
Ni más ni menos.
El desprecio por la cultura
La 4T ha demostrado una y otra vez que el conocimiento y la cultura no son parte de sus principios rectores. Esta semana, justo cuando el Museo Nacional de Antropología fue galardonado con el Premio Princesa de Asturias de la Concordia 2025 mantuvo sus puertas cerradas.
El recinto de Tláloc y la Piedra del Sol fue víctima, como otra decena de históricos museos, de las improvisaciones de la 4T. La falta de seguridad privada en los sitios culturales impidió la apertura al público de estos espacios.
Vaya vergüenza mundial, sólo comparada a las tercas declaraciones en las que se sigue exigiendo una absurda disculpa pública, pese a los gestos de hermandad como los que mantiene España con México.
El más reciente fue el mensaje pronunciado en la solemne ceremonia a bordo del buque escuela español, a su llegada a Nueva York: “Como Marina amiga y hermana, la Armada Española compartió el sufrimiento de sus familias y seres queridos… Sirva este sentido acto como homenaje del Juan Sebastián de Elcano a nuestros compañeros del Cuauhtémoc cuya memoria permanecerá para siempre presente.”
La dotación y Guardiamarinas del buque escuela #JuanSebastiánDeElcano rinden homenaje a sus compañeros del #Cuauhtémoc fondeados en el Upper Bay de #NuevaYork. #SomosLaArmada⚓🇪🇸 pic.twitter.com/eHjAiDHO4U
— Armada (@Armada_esp) June 4, 2025
A pesar de estas acciones hay quienes prefieren hacer oídos sordos y mantener la polarización.
Ni más ni menos.