A fin de rendir un homenaje al poeta mexicano Alí Chumacero Lora (1918-2010), los escritores Evodio Escalante y Blanca Luz Pulido, el periodista José Ángel Leyva y el profesor Rolando Cordera se reunieron hoy en la Facultad de Economía, de la UNAM, donde recordaron su calidad poética y calidez humana.
En el Aula Magna "Jesús Silva Herzog", Cordera Campos expresó que “En este homenaje, que debe ser también una convivencia festiva, recordamos hoy al maestro-editor y al editor-maestro con el que de diferentes maneras muchos gozamos; nos alimentó el disfrute de estar con él y escucharle".
Compartió además algunas anécdotas del Fondo de Cultura Económica (FCE), donde el poeta nayarita trabajó más de 60 años, asimismo recordó algunos de los momentos en los que Chumacero deleitó con sus bromas a sus amigos.
"Chumacero fue un hombre de bien, sabio y profundo, agricultor de la poesía del silencio", manifestó Cordera.
Por su parte, el crítico literario Evodio Escalante recordó que Chumacero apareció en su vida después de quedar sin empleo en un suplemento, a mediados de la década de los 80, cuando comenzó a colaborar en reseñas de libros.
"La primera fue sobre una recopilación de la poesía de Alí. Fue un libro de 1986, ejemplar que aún conservo. Además de esa reseña, me quedó la inquietud de escribir cosas más extensas de él y llegué a publicar un par de ensayos", compartió.
Agregó que ha sido tan apasionante la vida de este celebre poeta que junto a Marco Antonio Campos, publicó un libro con textos que aparecieron sobre el artista, el cual titularon “Alí Chumacero. Retrato crítico", editado por la UNAM, en 1995.
En su oportunidad, Blanca Luz Pulido recordó que la calidad humana del poeta era magistral y "sí uno tenía alguna duda editorial o algún problema en la formación de los libros, podíamos acudir con él a recibir algún consejo".
"Me tocó subir al Departamento de Producción, donde estaba entre montones de galeras que todavía se formaban con tipografía de plomo y me indicó qué tipo era el adecuado y en qué tamaño debían estar un título y un subtítulo", recordó Luz Pulido.
"Quienes lo conocimos, sabemos que no dejaba de exigir un gran rigor en su trabajo, el mismo que él tuvo para su propia creación", concluyó la poeta.