La lengua española y la palabra libertad están de fiesta en la Casa de América, en Madrid, España, con el coloquio dedicado a Octavio Paz.

En un mismo escenario, de traje y corbata, Krauze, Vargas Llosa, Felipe González, Savater y Jorge Edwards. Amigos y enemigos. 

Críticos y personajes. Y todos convocados por los cien años del poeta.

Edwards, persona non grata en La Habana de Fidel, dice que la poesía de Octavio Paz busca mantener ante todo la libertad. Y afirma, ante la parsimonia de Felipe González, que Paz era un poeta transformador, jamás pasivo.

La magnitud de este encuentro llevó a tierras ibéricas a diversos personajes que volaron desde la Angelópolis en respuesta a la invitación de la presidenta de la Comisión de Cultura del Senado de la República, Blanca Alcalá.

De tal forma que, además del otro senador, Javier Lozano, asistieron Enrique Montero Ponce, Coral Cañedo, Armando Prida —quien por cierto en España sí usa corbata y es azul—, Ricardo Menéndez y Manuel de Santiago.

También pasaron lista cuando menos media docena de senadores, encabezados por Raúl Cervantes y Emilio Gamboa.


Enrique Núñez