La escritora nacida en Lillebonne, en 1940, cuenta con una reconocida trayectoria, ha sido galardonada con los más prestigiosos premios, entre los que se encuentra el Renaudot (1984), el Marguerite Duras (2008), el Strega Europeo (2016), el Marguerite Yourcenar (2017), el Formentor (2019 y, recientemente, el Premio Nobel (2022).

El jurado del Premio Nobel ha destacado "el coraje y la agudeza clínica con que la escritura de Ernaux desvela las raíces, los extrañamientos y los frenos colectivos de la memoria".

Tusquets Editores ha sido la primera editorial que publicó las obras de Annie Ernaux en castellano; desde 1993 hasta ahora, no ha dejado de reimprimirlas y de seducir a nuevos lectores a lo largo de todos estos años. Las últimas reediciones cuentan con cubiertas de Laura Wächter que han merecido el World Illustration Awards 2020.

El acontecimiento

En octubre de 1963, cuando Annie Ernaux se halla en Ruán estudiando filología, descubre que está embarazada. Desde el primer momento no le cabe la menor duda de que no quiere tener esa criatura no deseada. En una sociedad en la que se penaliza el aborto con prisión y multa, se encuentra sola; hasta su pareja se desentiende del asunto. Además del desamparo y la discriminación por parte de una sociedad que le vuelve la espalda, queda la lucha frente al profundo horror y dolor de un aborto clandestino.

Pura pasión

«A partir del mes de septiembre del año pasado, no hice otra cosa que esperar a un hombre: que me llamara y que viniera a verme»: así empieza la historia sobre la pasión de una mujer culta, inteligente, económicamente independiente, divorciada y con hijos ya mayores, que pierde la cabeza por un diplomático de un país del Este. Muy pocas veces antes se había hablado con tan descarnado descaro del sexo masculino o del deseo que trastoca.

El lugar

En abril de 1967, la autora y protagonista, por entonces joven aspirante a profesora de secundaria, supera el examen de capacitación en un liceo de Lyon para orgullo (y recelo) de su padre, antiguo obrero que, procedente del medio rural y tras trabajar duramente, ha acabado convertido en propietario de un pequeño comercio en las provincias. Para ese padre, todo eso significa otro paso adelante en su difícil ascenso social; sin embargo, poco le dura esta satisfacción, ya que fallece dos meses después. Padre e hija han traspasado sus respectivos «lugares» dentro de la sociedad. Pero se han mirado entre sí con suspicacia.

La vergüenza

En 1952, cuando Annie Ernaux tenía doce años, su padre quiso matar a su madre un domingo de junio, a primera hora de la tarde. Años después, esa escena se le presenta a la autora tan diáfanamente cruel como el día en que la vivió. Como en tantas otras familias, sus padres, que se odian entre sí, adoran en cambio a la niña, por lo que, mientras pasan los días y el olvido invade el hogar, el recuerdo de aquel domingo parece convertirse en un mal sueño.