La selección de México está a punto de concretar en Argentina 2011 su peor actuación en Copa América, ya que sería la primera vez en ocho participaciones que no logra clasificarse al menos a la segunda ronda.
Si bien es cierto que este equipo tuvo problemas desde que la Concacaf ordenó que debía convocar a jugadores Sub-22, reforzados por cinco mayores, conforme el proceso seguía su curso las dificultades continuaron.
La primera de ellas para encontrar jugadores con experiencia y una calidad considerable que cumplieran con ese requisito de la edad.
Cuando el equipo empezaba a tomar una cierta forma futbolística, el problema de los cinco elementos que dieron positivo por clembuterol en la Copa Oro 2011 propició que fueran llamados de emergencia Héctor Reynoso, Paúl Aguilar e Hiram Mier.
Con esto se rompió un poco el trabajo que ya había realizado un equipo que todo indicaba podría dar batalla en la justa continental, sin embargo, un nuevo escándalo, de esos que ya no son cosa nueva en el balompié nacional, terminaron con este plantel.
Jonathan Dos Santos, Marco Fabián de la Mora, Néstor Vidrio, Néstor Calderón, Javier Cortés, David Cabrera, Israel Jiménez y Jorge Hernández fueron separados de equipo por introducir mujeres en el hotel de concentración, en Quito, Ecuador.
Esto provocó que fueran convocados Kristian Álvarez, Diego de Buen, Antonio Gallardo, Osvaldo Alanís, Édgar Pacheco, Alan Pulido, Ulises Dávila y Carlos Emilio Orrantia, quienes se incorporaron al equipo solo a cinco días de su debut ante Chile el pasado lunes.
Con dos derrotas por la mínima diferencia ante Chile y Perú, el equipo que dirige Luis Fernando Tena está al borde de la eliminación y solo una victoria sobre Uruguay, además de una combinación de resultados, les darían el boleto a cuartos de final.
Los peores números del Tri se habían dado en Uruguay 95 y Perú 2004, cuando fueron eliminados en la segunda ronda, en penales por Estados Unidos y por Brasil, de manera respectiva, pero ahora parece que escribirán una nueva historia que superará sus anteriores miedos.