El 24 de abril del 2010 la sombra de la muerte se desplegó sobre la plaza Monumental de Aguascalientes. El toro Navegante corneó con fiereza el muslo izquierdo del español José Tomás. En esa plaza sufrió el matador que ha sacudido la tauromaquia en la última década la peor cornada de su vida.

Quince meses de laboriosa recuperación ha tardado en volver a vestirse de luces. Cuarenta kilómetros diarios en bicicleta más dos horas de trabajo en el gimnasio son los sacrificios que el torero ha tenido que realizar para retornar a los ruedos.

Lo hará hoy en la feria de julio de Valencia, en una terna con Víctor Puerto y Arturo Saldivar. Tomás vuelve como siempre, o sea, rodeado de una expectación desmesurada y con el hermetismo que rodea a un torero que solo se deja ver en plaza. Tanta expectación ha creado el regreso del diestro de Galapagar que hablar de una reventa que supera los 2.000 euros no es una locura.

Así, en esta media temporada de regreso toreará en Valencia, Huelva, Bayona (Francia), Gijón, Ciudad Real, Linares, Valladolid, Nimes (Francia) y finalmente en Barcelona.