Ana Estafania Lago no podrá dormir como lo hizo la noche anterior. Jamás imaginó que ver el gimnasio panamericano le daría motivos para volar, para surcar aquel inmenso tapete como mariposa, ante cientos de miradas que la cobijan, que la atrapan en cada uno de sus movimientos.

En un lapso de magia y complicidad con ella misma, se deja atrapar. No parpadea, pero si sonríe como si disfrutará el momento. Sabe que está en el lugar preciso para trascender. El público la aclama, se le brinda, como a su héroe en busca de la consagración.

A sus 16 años de edad, la regiomontana es capaza de hacer que cientos de gargantas aclamen su nombre, que la arrullen para llevarla al firmamento y cuando está en su espacio, sólo admirarla con su singular manera de volar como mariposa.

En su rutina al piso, la regiomontana da vida a aquel frágil cuerpo que ha trabajado horas y horas en el gimnasio. Parece que es impulsada por un resorte por cada aplauso que sale de las gradas.

Tiene más de un minuto para convencer. No se intimida ante el escenario, ni ante los jueces. Está preparada para apoderarse del gimnasio. Uno y dos saltos para alistarse al final. Después de un flik flak, Ana Estafania Lago espera hacer su mortal y luego mantener el cuerpo totalmente extendido y firme tan sólo en un parpadeo.

Las gradas se entregan a la competidora, porque ha tenido una tarde de ensueño. Lo hace casi a la perfección y arranca las porras. Ella se siente contenta.

Al principio se le ve relajada, pero conforme avanza el evento, el nervio aparece. No sabe si tras su ejecución será segunda o primera. La incertidumbre la invade, mientras en las gradas Margarita Zavala,  esposa del presidente de México Felipe Calderón, goza y se entusiasma.

“Estallan los nervios, de voy a quedar en primero, no sé qué vaya a pasar”, dice Ana Lago.

Esta rutina no la había hecho jamás. Hace unos días lo tenía pensado ejecutar en el Mundial de Japón, pero espero hasta este momento, con su gente y en su país.

“Aquí llegue y dije que iba a meter el doble extendido y se dio muy bien, estoy feliz”, asienta, mientras esboza una enorme sonrisa. Sabe que ha conquistado a Guadalajara y hasta ha recibido una llamada del presidente de México. Ha cautivado con su presencia y parece convertirse en la nueva “reina” de la gimnasia.

Ana ha convertido el gimnasio panamericano en un Lago de emociones, apenas a sus 16 años de edad.

“No siempre tienes una oportunidad así y si ya la tienes hay que disfrutarla al máximo”, concluye y se marcha con toda la tranquilidad con su mochila a la espalda y con la satisfacción de haber cumplido. (Notimex)