El delantero holandés Arjen Robben aceptó que ejecutó el penal de forma horrible, durante la final de la Liga de Campeones de Europa entre el club alemán Bayern Munich y el inglés Chelsea, la cual ganó el cuadro británico desde los 11 pasos.

Robben tuvo en sus pies la ventaja para Bayern en los tiempos extra, cuando el partido estaba 1-1, y al minuto 95, el francés Frank Ribery fue derribado dentro del área por el marfileño Didier Drogba, por lo que el árbitro decretó la pena máxima.

El jugador neerlandés tomó el esférico y decidió cobrar el castigo desde los once pasos, pero el balón fue atajado por el arquero checo Petr Cech, lo que obligó a la definición del encuentro desde el manchón penal, donde ahí sus compañeros volvieron a fallar y la Champions fue para los "blues".

Arjen Robben lamentó su mal disparo, que bien pudo cambiar la historia del encuentro. "No fue un buen lanzamiento. Quería tirar por alto, pero el balón no cogió altura. Fue un penalti horrible", admitió el holandés.

El ex jugador de Real Madrid admitió que todavía no logra entender su error y agradeció las palabras de aliento que llegó a recibir tras perder la final, pero dijo que de poco sirve, ya que él sólo pensaba en tener la "orejona"

"No consigo describir con palabras cómo me siento. En dos o tres ocasiones sentí la Copa en mis manos. Se agradece el apoyo, pero no me sirve de nada. Yo quería el título", señaló al diario inglés Daily Mirror.

El sábado en la Allianz Arena, Bayern Munich se cansó de fallar su ocasiones de gol ante un Chelsea que apostó por defender y contraatacar, lo que le alcanzó para forzar el juego a los penales donde después ganó 4-3 con la última ejecución de Drogba, quien fue una de las piezas importantes del triunfo inglés.