A seis meses de que concluya su administración, el presidente Felipe Calderón dijo que ha llegado a México una policía fuerte, eficaz y profesional.
"La próxima administración encontrará una institución con capacidades humanas y materiales inéditas, que junto con las Fuerzas Armadas, son un bastión irreductible para la salvaguarda de los derechos y libertades de los mexicanos".
En el marco de la Ceremonia Solemne de entrega de reconocimientos y estímulos en el Día de la Policía, Calderón pidió a los elementos de la Policía Federal que exijan que los controles de confianza en la corporación permanezcan y, sobre todo, que cualquier acto de traición a México y a la Policía Federal sea castigado, para que no penetre el crimen en sus filas, porque, de lo contrario, no sólo peligra la Nación, sino también sus vidas.
Y a manera de ejemplo, dijo: "Porque a nuestros compañeros que han caído, algunos de ellos, lo sabemos, algunos de ellos han sido traicionados y puestos en manos de los criminales, y en algún caso por las propias autoridades, cuyo auxilio fueron para hacer frente a la delincuencia".
Expresó que desde hace muchos años, los cuerpos policiacos, incluidos los federales, se encontraban en un proceso de serio debilitamiento: las herramientas técnicas de sus integrantes eran insuficientes, correspondían a otra época y a una problemática radicalmente distinta a la que se vive actualmente en materia de seguridad.
La corrupción, la infiltración del crimen organizado, dijo Calderón, se había convertido en una principal preocupación, ya que todo ello contribuyó al avance de la inseguridad y se volvió una amenaza para el Estado.
De ahí que, dijo, como parte de la reconstrucción de las instituciones de seguridad y justicia, se diseñó e implementó un nuevo modelo de policía a nivel Federal para enfrentar a las bandas delincuenciales a partir de acciones de inteligencia, con base en tres ejes: reformas legales, modernización tecnológica y reclutamiento de elementos más efectivos, estableciendo procesos de control de confianza para el acceso y para la permanencia en la policía.
Indicó que la Policía Federal, convertida en un futuro en una auténtica Policía Nacional, "quizá debiera poder intervenir de manera subsidiaria con la misión específica de reorganizar y reconstruir una fuerza policiaca local, disponiendo para ello, de autoridad y de los recursos federales destinados para esa localidad, y retirarse a la brevedad, una vez recuperada la vida institucional de esa entidad".
Calderón reprochó a quienes critican que no se hace trabajo de inteligencia.
"Generalmente se dice que lo que hace falta es más información y más inteligencia, y no sólo el uso de la fuerza. Hay que ver lo que tiene la Policía Federal en este Centro de Mando. Hay que ver lo que tiene la Seguridad Pública en su Cuartel General. Hay que ver lo que realizan no decenas ni cientos, sino miles y miles de universitarios bien preparados, colectando información y organizándola como inteligencia funcional para la operación. Hay una verdadera revolución en la información y la inteligencia policiaca en México".
Advirtió que no habrá un México más seguro mientras no haya una intervención decidida de la autoridad para enfrentar a los criminales y reconstruir el tejido social.
"El día en que contemos con 32 policías capaces, fuertes, confiables, una por cada estado de la República, México recuperará la seguridad, debilitada, en gran parte, precisamente, por ello, por la vulnerabilidad, la fragilidad y, por desgracia, en algunos casos, la corrupción y la complicidad de muchos cuerpos policiacos".