La selección española impuso su superioridad sobre Irlanda (4-0), a la que doblegó al ritmo goleador de Fernando Torres, que cerró el debate del '9' con dos tantos y que ejecutó una victoria incontestable con buen fútbol, muchas ocasiones y dos dianas más de David Silva y Cesc Fábregas.
Atrás queda el empate con Italia, en la primera jornada, las dudas que podía haber generado el estreno del pasado domingo o la polémica del césped, mojado por la lluvia, porque España dominó, ganó, convenció y sobresalió en su segundo duelo de la Eurocopa 2012, encarrilado en el minuto 4 por Fernando Torres.
Suplente el pasado domingo, comenzó de inicio cuando ningún pronóstico apuntaba a su titularidad. Y respondió de la forma más eficaz y más rápida: con gol, la cualidad más llamativa y reconocida en cualquier '9', y en la primera ocasión de la 'Roja'. Agarró un balón perdido en el área, tiró de velocidad y conducción y ejecutó.
Su disparo, un obús a tres metros y por encima de las manos de Shay Given, fue imparable para el veterano guardameta irlandés, sin capacidad de reacción al trallazo de Torres. Debate cerrado, al menos de momento, ventaja para España, dosis de tranquilidad para su fútbol y varapalo para el plan diseñado por Giovani Trapattoni.
España, sus largas posesiones y sus pases profundos en cuanto hallaba un hueco en la exigida defensa rival examinaron entonces los reflejos de Given una y otra vez. Primero David Silva, después Torres, que remató fuera; más tarde Andrés Iniesta, Álvaro Arbeloa o Xabi Alonso, de nuevo Iniesta... El portero respondió con solvencia.
Sólo un despiste podía poner en peligro la comodidad del partido. Pero no perdió fortaleza la selección española, segura por alto con Sergio Ramos y Gerard Piqué. Tampoco tuvo capacidad Irlanda en la segunda parte, que repitió el mismo guión que la primera, el que dictaba España.
Ni siquiera el apretado marcador, aún sólo un gol, pareció un riesgo para la 'Roja', menos aún con el 2-0 de David Silva, que se encontró en el área con un infame rechace de Given. El guardameta, acertado en el primer tiempo, despejó al centro un tiro de Iniesta. Lo aprovechó Silva, que 'hipnotizó' a dos rivales con el balón en sus pies, de un lado para otro, y marcó por abajo con delicadeza.
Era el minuto 49 y la sentencia para el duelo, que se convirtió en goleada. La inercia del partido, con la magia con la pelota de Iniesta, dio más ocasiones y dos goles más al campeón de Europa, anotados Cesc Fábregas y Fernando Torres, el protagonista de un triunfo incontestable en el que España recuperó su fútbol.