Diego Maradona fue cesanteado por el Al Wasl de Emiratos Árabes Unidos junto a todo su cuerpo técnico. El equipo le había renovado el contrato hace dos meses, pero igual decidió echar al ex DT del seleccionado argentino. De esta forma, el campeón del mundo en México 1986 sumó otro tropiezo como entrenador, situación que tiene varios antecedentes para dar cuenta.
Luego del doping positivo en el Mundial de Estados Unidos 1994, Diego decidió seguir su carrera como director técnico. La FIFA lo había inhabilitado como jugador, pero no para dirigir un equipo. En octubre de ese año se puso el buzo de entrenador de Mandiyú de Corrientes y empezó una etapa nueva en su vida.
Durante los doce partidos del campeonato Apertura que dirigió, su equipo logró un triunfo, seis empates y cinco derrotas. Luego de doce meses de trabajo y varias peleas con la dirigencia correntina, Maradona armó las valijas y se fue. Mandiyú terminó penúltimo el campeonato y cuando finalizó la temporada, descendió al Nacional B.
Al año siguiente asumió como técnico de Racing. Inició el Apertura de 1995 en el banco de la Academia, pero tampoco logró terminar el torneo al frente del equipo. Jugó once partidos, ganó dos, empató seis y perdió cinco. Así terminó su campaña en Avellaneda y se marchó.
Veintitrés encuentros dirigidos entre 1994 y 1995, tres partidos ganados, doce empatados y ocho perdidos construyeron un fracaso en la experiencia de Maradona como DT. Después de eso vendría una nueva etapa en Boca como jugador y el retiro definitivo del fútbol profesional.
A fines de 2008 tomó el mando del equipo nacional de la Argentina con la intención de clasificarla para el Mundial de Sudáfrica y luego volver a ser partícipe de la mayor competencia de fútbol en el mundo. Pero está vez lo haría desde el banco de suplentes y como técnico.
En esas eliminatorias caminó por la cornisa, pero se clasificó cuarto luego de ganarle a Uruguay en el Estadio Centenario. Allí no ahorró algunas frases desagradables a los periodistas que lo habían criticado.
Llegó Sudáfrica 2010 y el equipo que conducía cayó en cuartos de final después de haber sido goleado por Alemania. Cuatro goles y un partido para el olvido mandaron a toda la Selección de regreso y dejaron la incertidumbre sobre la continuidad del DT en el cargo.
Una vez finalizado el Mundial y con varias idas y vueltas en las negociaciones, Julio Grondona decidió no renovarle el contrato a Maradona. Aparte del desgaste en la relación, el presidente de la AFA había querido cambiar a varios colaboradores de Diego dentro del cuerpo técnico y el "Diez" no aceptó ningún tipo de modificación.
Después de la salida del banco argentino, Maradona comenzó un enfrentamiento público y mediático con Carlos Bilardo -su entrenador en México 86 e Italia 90-, quien seguía en el cargo de coordinador de selecciones nacionales, Julio Grondona y el "Checho" Batista, quien había asumido en el lugar que dejó vacante "el 10".
Hasta el momento, Maradona no tuvo suerte como DT. Todos los pasos como entrenador fueron polémicos y sin resultados. Las estadísticas no lo ayudan a remontar su pasado. En su experiencia al frente del Al Wasl, tampoco pudo transformar su trabajo en victorias. Esa habilidad, que tanto lo caracterizaba en la cancha, no parece ser la misma fuera de ella.