Boca Juniors es capaz de hacer temblar cualquier estadio del mundo y no sólo por su nivel futbolístico, sino porque sus aficionados hacen vibrar cada inmueble que pisan, y no en sentido figurado, sino literal.
Y es que, la marca que viste a los xeneizes instaló un sismógrafo en el estadio de San Juan, donde se disputó la Copa Argentina. El resultado fue una vibración de 6.4 grados en la escala Richter cuando cayó el primer gol, vía Santiago Silva.
El segundo gol, anotado por Lucas Viatri, registró un sismo de 6.1 grados, para demostrar que no sólo 'la Bombonera late', sino cualquier estadio que pisan los aficionados xeneizes.