Manolo Rodríguez

Uriel Adriano logró la hazaña de conseguir la primera medalla de oro para México en el Campeonato Mundial de Taekwondo Puebla 2013, al ganar este martes la división de -78 kilos, venciendo en una vibrante final al ruso Albert Gaun por 3-2.

Una furiosa reacción en los últimos 20 segundos que le permitió darle la vuelta al marcador fue suficiente para que Adriano se llevara la victoria en medio de un ambiente que pasó de la angustia a la euforia y después una dramática espera para decretar a Uriel campeón en este certamen que se celebra en el Centro Expositor de la Angelópolis.

Y es que Adriano, sembrado número ocho, tuvo un camino exitoso en toda la eliminatoria, con triunfos sobre Raja Mahmod, de Singapur, por 6-1; en segunda ronda superó 17-5 a Naobi Aheiban, de la India; en octavos de final derrotó al español Raúl Martínez, en un combate muy tenso que definió con punto de oro 3-2.

En cuartos, superó al inglés Ruebyn Richards 4-0 para pasar a la semifinal, donde dio cuenta del coreano Yoo Jin Kim por 7-2, lo que le dio el pase a la final.

Instalado en la gran final, el combate entre Uriel Adriano y Albert Gaun se caracterizó por un inicio lento pero provechoso para el ruso, que tomó la delantera 1-0; en el segundo episodio, el marcador prevaleció a favor de Gaun, quien con frialdad mantenía a raya al mexicano.

Sin embargo, en el tercer asalto la historia dio un giro impresionante cuando Adriano, con menos de un minuto y medio de acción, asestó una patada de lado que emparejó el marcador a uno; después el ruso reaccionó y alcanzó a pegar otra patada al centro del peto que le dio la ventaja de 2-1.

Con menos de 20 segundos en el reloj, vino esa reacción de Uriel Adriano que, con una combinación de patadas triples y un giro recto que valió dos puntos, se puso en camino al oro logrando el 3-2, en medio de un gran ambiente donde la afición comenzó a corear el “Cielito lindo”.

En las últimas fracciones de segundos de la pelea y cuando prácticamente se cantaba la victoria por anticipado con el marcador en cero, el ruso asestó una patada a la cara a Adriano, que el entrenador ruso la retó con el video pretendiendo que ese golpe le diera la vuelta al marcador; mientras los jueces deliberaban, la espera se hizo angustiosa, hasta que el juez principal, previa consulta con sus homólogos, denegó el reto al ruso y decretó el triunfo de Adriano.

Cuando llegó ese momento, Adriano se hincó en el tatami y estalló en llanto para celebrar la obtención de la medalla, la primera dorada para la delegación mexicana en el Mundial y la cuarta en toda la historia de los mundiales. Después, con una bandera de México en todo lo alto, dio la vuelta olímpica ante la euforia de más de 6 mil aficionados presentes en el estadio.