Sebastián Castella tuvo cerca la Puerta Grande en su actuación dentro de la corrida que abrió la feria de Burgos, en la que cortó una oreja del sexto, y recibió una fuerte ovación tras estoquear al tercero, con el que el público le pidió un trofeo no atendido por el palco presidencial.

En ese primer turno Sebastián Castella sorteó un toro con nobleza, pero de poca raza y algo soso, al que afianzó perfectamente Sebastián Castella al principio de faena. Con temple y pulso, y llevándolo siempre a su altura en esos primeros compases del trasteo, Castella fue construyendo una buena faena que fue a más. Los mejores momentos llegaron con la mano izquierda, por donde llevó al toro de manera perfecta en varias tandas que llegaron con fuerza a los tendidos. La estocada quedó un poco desprendida, y la presidencia no atendió a la petición unánime de la afición. Castella recibió una fuerte ovación.

En el sexto sí le fue concedido un merecido trofeo, después de una faena de temple y firmeza a un toro que se dejó, pero al que había que hacerle las cosas bien para que tomara la muleta. Con el capote le cuajó un ajustado quite por chicuelinas, y la faena la inició en los medios, dejándose llegar al toro en sus clásicos pases cambiados por la espalda, rematando ese inicio con un muletazo por bajo con la mano izquierda extraordinario. Desde ese instante, Castella entendió perfectamente al toro de Antonio Bañuelos, para construir otra buena faena, tanto en redondo como al natural, con muletazos de gran factura, cortando una oreja con mucha fuerza.  

Burgos, 28 de junio. Media entrada. Toros de Antonio Bañuelos, bien presentados, de juego desigual.
El Cid, silencio y silencio.
El Fandi, silencio y dos orejas.
SEBASTIÁN CASTELLA, ovación con fuerte petición de oreja y oreja.