La agenda indica que hoy se debe cubrir el México - Chile.
-¿Para dónde los llevo, jóvenes?- nos pregunta Don Pedro.
Nuestro destino debiera ser el Estadio Nacional, pero el estómago me reclama comida.
-¿Conoce algún lugar para comer algo rápido por el Nacional.
Desde el retrovisor noto cómo el taxista esboza una sonrisa.
-¡Las empanadas RoySar, po!. Son las mejores de toda la cordillera.
Mientras conduce hacia la Avenida Antonio Varas, Don Pablo describe con pasión cada ingrediente y cada empanada. Enfrente del #2487, el taxi para el motor.
A pesar de un discreto anuncio de fondo amarillo, un magnífico olor nos insita a pasar. La cola inicia desde los cajeros y termina hasta el lugar en que se elabora la masa, donde comienza el enamoramiento.
Las impresoras no paran de gastar tinta y papel. El modus operandi es sencillo: pides, pagas y muestras tu ticket. La entrega de las joyas hechas pan, a pedir calientes o frías, es labor de las más de 35 personas que están a las órdenes de Doña Cecilia Miranda.
A metros de donde se gesta el caótico movimiento de la dirección de este monstruo gastronómico, la Sub Gerente de RoySar nos recibe amablemente en su oficina administrativa.
La grabadora comienza a grabar; la máquina del tiempo a funcionar.
Mundial de Chile '62, el comienzo industrial
Fue en 1950 cuando se horneó la primera obra de Industrias RoySar. La empresa, fundada por Don Rodolfo Sepúlveda y su esposa, Sara Gutiérrez, dotó de pan caliente a toda la comuna de Ñuñoa.
La calidad de RoySar fue ganando adeptos y en 1961, un año antes de la Copa del Mundo de Chile '62, Don Rodolfo cortó el listón para comenzar la producción industrial de masas horneadas desde un segundo local de ventas.
Mientras la Roja, dirigida por Fernando Riera, le mostraba al mundo su talento venciendo a la Unión Soviética, campeones de la Eurocopa de 1960, las empanadas de RoySar acompañaban cada gol. Posteriormente se alzaban con el tercer lugar del certamen. Quizá no fue coincidencia que Chile firmara su mejor papel en un Mundial hasta la fecha.
El cambio generacional llegó en 1975 cuando los hijos del matrimonio tomaron las riendas de la empresa. Desde entonces, los hornos de la casa matriz, producen un promedio diario de 3,500 empanadas. Siendo los domingos el día más productivo tocando, con pedidos especiales, arriba de la decena de millar.
Si visitas la capital chilena y compras alguna empanada en supermercados, casinos o colegios, probablemente sea made in RoySar, me cuenta Doña Cecilia al mismo tiempo que me indica con la mirada que la siga para degustar una empanada RoySar, es decir, la empanada chilena.