La partida de Mário Jorge Lobo Zagallo, a los 92 años de edad, dejó mucha tristeza en Brasil y su legado ha sido tal que el presidente, Luiz Inácio Lula da Silva, dio a conocer la determinación de declarar tres días de luto oficial en honor al legendario exfutbolista y director técnico, quien pereció esta semana.

Desde sus redes sociales, el mandatario brasileño expresó sus condolencias a familiares, amigos y la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF).

"Valiente, dedicado, apasionado y supersticioso, Zagallo fue un ejemplo de brasileño que nunca se rindió. Es esta lección y espíritu de cariño, amor, entrega y superación la que deja para todo nuestro país y para el futbol mundial. En este momento de despedida, mi solidaridad va para la familia de Zagallo, sus hijos y nietos, sus amigos y sus millones de admiradores".

En su texto, el presidente describió al "Viejo Lobo" al nivel de grandeza de Edson Arantes Do Nascimento (Pelé) como uno de los máximos referentes históricos del futbol brasileño todos los tiempos, así como un verdadero símbolo de amor por la Selección y por Brasil.

"Mário Jorge Lobo Zagallo fue uno de los más grandes jugadores y entrenadores de futbol de todos los tiempos, un gran ganador y símbolo de amor por la selección brasileña y por Brasil".

El legado del "Viejo Lobo"

La huella que dejó Mário Jorge Lobo Zagallo fue inigualable en el fútbol de Brasil, pues fue el único en el planeta en presumir en su palmarés cuatro Copas del Mundo: dos como jugador y dos como entrenador.

El "Viejo Lobo" fue parte de la primera generación dorada del Scratch Du Oro en los años 50 y 60, pues fue compañero de Pelé para ganar los mundiales de Suecia 1958 y Chile 1962 como jugador.

Su conocimiento en el balompié carioca lo hizo ganarse la oportunidad de ser director técnico y guió a la Selección Brasileña hacia la victoria en la Copa del Mundo de México 1970.

Posteriormente, formó parte del cuerpo técnico que consiguió la cuarta estrella en Estados Unidos 1994.

Su labor todavía se extendió más en Francia 1998 y fue de los asesores para el último mundial en Corea-Japón 2002.