Al anunciar el arranque de la campaña institucional “Por el buen uso del lenguaje”, autoridades académicas del campus Puebla del Instituto tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), informaron que 90 por ciento de los jóvenes distorsionan el lenguaje, situación que se acentúa cuando tienen acceso a las nuevas tecnologías como internet y las redes sociales, aunque el problema más grande que detectan, es que esa situación no les permite conseguir un buen empleo, además de que disminuye la productividad de las personas.
La directora del Departamento de Lengua y Literatura de la prepa Tec, Alejandra González Hernández, comentó que la distorsión del lenguaje generada por las nuevas tecnologías resulta muy lamentable, “es una situación difícil, porque a la larga, los jóvenes se enfrentan a graves problemas, sobre todo al momento de buscar empleo, pues les cuesta más trabajo colocarse en los mercados productivos cuando no se expresan de manera correcta, porque en muchos empleos se requiere la capacidad de expresión”.
Asimismo, agregó que el mal uso del lenguaje influye en la falta de competitividad de las personas y de los países, “el idioma español en México es fundamental para todos los que buscan empleo, no importa la profesión en que se desarrollen”.
Por su parte, la directora de Efectividad Institucional del campus poblano del Tec de Monterrey, Teresa Castillo Zamora, aseguró que el uso del lenguaje va más allá de los buenos modales, “creo que si lo hacemos correctamente, este país sería diferente, porque todos hacen promesas y compromisos que al final se quedan en el tintero”.
La distorsión del lenguaje —agregó— también genera una fuerte pérdida de la identidad de las personas, lo que representa un impedimento para su desarrollo personal y profesional, pero reveló que el problema se presenta en todos los sectores de la sociedad, por eso agregó que es importante crear conciencia sobre el buen uso del lenguaje y la importancia que tiene para el futuro de los ciudadanos.
El fenómeno de la distorsión del lenguaje, coincidieron las catedráticas, no se encuentra primordialmente en los diversos órdenes del gobierno y tampoco entre quienes tienen cierta autoridad en el medio en el que se desarrollan, sino que es generado por los jóvenes, quienes transforman el lenguaje en su vida cotidiana y llega el momento, en que los adultos difícilmente los entienden.