Al asegurar que en México los sistemas de acreditación y certificación educativa están desarraigados por problemas culturales, la delegada estatal ante el Instituto Mexicano de Normalización y Certificación, Beatriz Pico González, aseguró que el problema de la gran mayoría de los habitantes del país está relacionado con la educación y la cultura, sin embargo dijo que son tiempos de cambiar, porque si se quieren alcanzar mejores indicadores en el rubro de la competitividad se tiene que trabajar con educación de calidad en todos los niveles escolares.

La coordinadora del doctorado en Planeación Estratégica y Dirección de Tecnología de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP) lamentó que hoy en día los procesos de calidad no se vislumbren como una acción que lleve a la productividad y la competitividad, pero lo más lamentable es que los procesos de acreditación y de certificación todavía representan un gasto para las instituciones de educación superior, “piensan que destinan recursos que no van a recuperar”, cuando al final esas estrategias tienen su recompensa.

Desde la perspectiva de la académica poblana, todos los actores educativos entienden en el transcurso del tiempo que contar con una acreditación de calidad siempre los lleva a que apliquen constantemente la mejora continua, “lo que te garantiza que llevarás formación de calidad a los jóvenes que te corresponde formar profesionalmente”.

Pico González aseguró que la calidad educativa se traduce hoy en día en un elemento fundamental para garantizar que los jóvenes saldrán en las mejores condiciones a los mercados laborales porque la calidad y el empleo tienen una relación directa, por eso reiteró su llamado para que todas las instituciones de educación superior entren en los procesos de calidad para dar certidumbre a la sociedad.

La delegada en Puebla del IMNC afirmó que los recursos destinados para los procesos de calidad no deben ser vistos como un gasto, más bien son una inversión, por eso aclaró que en la actualidad no hay una inversión fija para esos procesos porque depende del tamaño de la organización y del número de procesos que se quieran certificar, “la mayoría de las organizaciones no necesariamente certifican toda la empresa, algunos procesos son certificados y en un momento dado certifican toda la empresa”.

Sin embargo, reveló que en promedio una institución de educación superior invierte cerca de 100 mil pesos en sus procesos de calidad, “pero deben entender que los logros no se reflejan de manera inmediata, es un proceso que con el tiempo genera la calidad, es una inversión que si se sabe aprovechar traerá mucho provecho para las universidades”.