Aunado a eso, el funcionario educativo del estado de Puebla reveló que además los recién egresados de todas las licenciaturas que se ofrecen en la entidad poblana y en el resto del país se enfrentan con salarios muy bajos, que no les permiten sobrevivir de manera independiente: “Los empleadores les ofrecen salarios que fluctúan entre los mil 800 y los 3 mil 500 pesos mensuales”.
Ojeda Sosa dijo que el desempleo y la falta de oportunidades son de las cuestiones que en sistema político mexicano y en la economía en general no se logran equilibrar: “Lo cierto es que los jóvenes de todas las especialidades tienen como principal problema encontrar trabajo, y muchos de ellos lo encuentran pero los salarios no corresponden a una persona con formación profesional”.
En ese contexto, dijo que los egresados de la educación superior tienen que ser accesibles y aceptar el primer empleo, pero que después demuestren con su capacidad que pueden mejorar los bajos salarios que reciben al inicio, algo que no resulta fácil, porque el empresariado mexicano en muchas ocasiones invierte y gasta una fuerte cantidad de dinero en instalaciones de un restaurante, un hotel y una empresas, pero a la hora de contratar personal pagan salarios mínimos: “Yo creo que esa mentalidad que tenemos en México de la clase empleadora y de la clase trabajadora de decir que el patrón hace como que me paga y yo hago como que trabajo es lo que no permite un clima laboral adecuado”.
Desde la perspectiva del director general de la EST “Roberto Cañedo Martínez”, en la vida actual mexicana hay muchos aspectos que se tienen que mejorar, porque poco se habla de los resultados de la Reforma Laboral que se logró al final del sexenio de Felipe Calderón Hinojosa: “No hay datos precisos si brinda los resultados adecuados”; por lo que insistió en que los salarios raquíticos que reciben los recién egresados no permiten una gran movilidad laboral.
“Es evidente —dijo Javier Ojeda Sosa— que los programas de capacitación y de becas para personas desocupadas no ofrecen los resultados adecuados y, contrario a eso, hay muchos factores que se tienen que equilibrar. Desde el inicio de la edad escolar se tiene que reformar el asunto educativo para que cuando los jóvenes lleguen a la educación superior vayan mejor preparados y también los empleadores no reciban egresados con una mala preparación o formación profesional deficiente.”
Las bondades de ser pioneros
“En 32 años de egresar profesionales del turismo y la gastronomía y de la atención materno infantil, podemos presumir de que el nivel de ocupación de los egresados es bueno, desde 70 hasta 90 por ciento, aunque depende de las generaciones, pero lo importante es pedirle a los jóvenes que se inserten en el mercado laboral inmediatamente después de terminar, para que no se conviertan en ninis.”