El rector de la Universidad Iberoamericana Puebla, Fernando Fernández Font, Miguel Reyes Hernández y el ministro José Ramón Cossío Díaz fueron los encargados de inaugurar la Cátedra de Derecho cuyo nombre es el del “Ministro Cossío Díaz” y que en esta primera sesión se titula “La Abogacía Mexicana”, cuya finalidad es analizar la situación nacional de esta materia y con ello plantear nuevos modelos de justicia.

En su uso de la palabra el rector de la Ibero Puebla Fernández Font agradeció al ministro aceptar esta distinción, hecho que hace posible este evento que lleva en sus entrañas la firme intención de encontrar la aplicación de justicia equitativa para todos los mexicanos. “Buscamos ser una universidad congruente, capaz de mejorar las condiciones del país que se hunde ante una economía mal distribuida y un sistema de justicia inequitativo”, subrayó.

De igual forma, Fernando Fernández aseveró que la universidad no busca alimentar poderes fácticos; por el contrario, el trabajo de la institución busca denunciar y generar las condiciones más humanas y equitativas en la impartición de justicia. “No podemos cerrar los ojos y callar, debemos ser una voz de defensa y de aliento”, sentenció.

Finalmente, el rector de la Ibero Puebla aseguró que desde la Universidad se seguirá trabajando para que los jóvenes abogados construyan bases sólidas y de principios, capaces de generar crítica ante las injusticias tal como lo ha hecho el ministro a lo largo de su carrera. “Estamos seguros que en su calidad de Ministro del máximo órgano de justicia del país seguirá incorporando a sus sentencia el fin último de la verdad y velará por el respeto de los derechos humanos por el bien de las mayorías de este país”, concluyó.

Por su parte, el ministro José Ramón Cossío agradeció la distinción que le hace la Ibero Puebla, pero sobre todo destacó el trabajo plural que ha desarrollado la Iberoamericana de Puebla por generar un punto de reflexión sistemática e interdisciplinaria la cual sin duda alguna le hace falta a la abogacía mexicana. “El derecho está pasando por una serie de problemas que requieren procesos de autoevaluación desde una visión multidisciplinaria y este evento sin duda contribuye a que esto se logre”, afirmó.

Antes de iniciar con su conferencia magistral destacó que se encuentra convencido de que este tipo de espacios resulta muy productivo para la profesionalización de los estudiantes, académicos y profesionales del derecho, razón por la cual resulta un honor que una Universidad de prestigio realice este reconocimiento. “Bajo esta premisa y situación de la abogacía en México me honra recibir esta distinción por parte de la Universidad Iberoamericana de Puebla”, sentenció.

Durante su conferencia magistral, Ramón Cossío aseveró que uno de los principales problemas del derecho en México es la cantidad desmedida de RVOE que se dan para abrir esta disciplina en las universidades. “Actualmente en México es tan fácil conseguir un permiso para impartir el derecho en las instituciones de educación superior, que en la actualidad las escuelas de Derecho superan las 2 mil 200 en todo el país”, informó.

En esta misma línea, Cossío compartió con los presentes la importancia de que el profesional en derecho tenga una buena base de conocimientos, es decir, que durante su formación académica ésta sea de buen nivel: “Hay personas que van a escuelas realmente muy deficientes, aprueban los programas y al final de día obtienen una cédula profesional y ésta en términos formales es exactamente igual a la que obtienen cualquiera de ustedes. Salen estas personas a la vida con conocimientos bastantes malos, y con éstos empiezan a tratar de formalizar esta realidad a la que yo me refiero, produciendo una enorme cantidad de males en las personas que pusieron su vida, su libertad y patrimonio en manos de personas que tienen bajo nivel académico”. 

Asimismo, mostró preocupación por el hecho de que hoy en día no existe un elemento que ayude al derecho en México a actualizar los conocimientos de aquellos que ejercen la abogacía: “En la vida laboral no hay nadie que le diga a esta persona que periódicamente tiene que constatar que ha adquirido nuevos conocimientos o que al menos se mantiene con un nivel mínimamente aceptable de formación, a diferencia de otras profesiones, es el mercado el que nos determina las actualizaciones de nuestra formación, conocimientos, etcétera, pero no hay ningún elemento generado por ninguna estancia que vaya determinando que esa persona mantiene ciertos niveles mínimos de capacitación profesional”.