La Universidad Iberoamericana Puebla realizó su Ceremonia de Graduación de Licenciatura, primavera 2015, en donde 330 egresados recibieron su constancia de estudios. Durante la ceremonia académica, Fernando Fernández Font, rector de la IBERO Puebla, se dirigió a los graduados recordando que “si educamos no es con otra finalidad que la de formar, no a los mejores del mundo, sino a los mejores para el mundo”, esto en alusión a una frase del P. Adolfo Nicolás, General de la Compañía de Jesús. Y en esta preposición, en este “para”, está la gran diferencia de la educación jesuita: Mirar al mundo desde la opresión del pueblo “Mientras nuestra compasión no asuma el dolor del otro como propio, no podremos comprometernos en la creación de una tierra nueva”.
Durante su discurso, el Padre Rector señaló a los graduados que con la educación jesuita se llevan un cúmulo de conocimientos, habilidades y competencias; pero sobre todo valores para construir una mejor sociedad. Asimismo, les pidió a los estudiantes que se preguntaran ¿para qué salir muy bien preparado, para impulsar el bien común en la dimensión de justicia e igualdad o para buscar su realización individual olvidando su compromiso social? “Aquí no hay más que dos caminos: o ponemos lo aprendido al servicio de los demás o lo usamos para instrumentalizar a los otros en beneficio propio”, concluyó.
El Rector continúo su mensaje apuntando que el título que hoy reciben sólo certifica sus conocimientos; pero no garantiza lo que harán con él. “Cuántos egresados de instituciones jesuitas han quedado a deber a la educación ignaciana. El mundo los reclama; los necesita; urge introducir en nuestra fracturada sociedad a personas bien capacitadas y competentes; seres humanos conscientes de los grandes retos que el País nos presenta”. “No podemos endurecer el corazón ni perder la compasión solidaria ante el dolor del hombre o la mujer sufriente; de los niños migrantes, de los campesinos desplazados, de los miles y miles de personas que sufren los estragos de una pobreza injusta”.
Finalmente, el Padre Rector apuntó que si bien es cierto que el esfuerzo de haber concluido su carrera ha sido suyo, el mérito es compartido. No podemos dejar a un lado la dimensión de gratuidad en la existencia. Gracias a muchas personas que han rozado su vida; hoy ustedes están aquí. “Con esta experiencia un nuevo círculo se abre para sus vidas en este momento, ustedes decidirán el rumbo, confíen; van bien equipados y recuerden siempre que su Alma Mater y su familia los acompaña. Cada final es un nuevo comienzo”, concluyó.
Durante la ceremonia se hizo entrega de la medalla Francisco Javier Clavigero S.J., de la Compañía de Jesús, la cual reconoce a los mejores promedios de cada Licenciatura. Con este galardón la Universidad Iberoamericana Puebla registra el esfuerzo y empeño de los jóvenes, tal como lo hizo este jesuita mexicano el cual impulsó la renovación de la ciencia impartida a las nuevas generaciones de mexicanos. En otoño 2014 recibieron la medalla 21 alumnos y para primavera 2015 el número de alumnos acreedores a esta distinción fue de 23.
Al término de la ceremonia Fernando Fernández Font, tomó protesta a los 330 egresados exhortándolos a ejercer su vida profesional en beneficio de la paz y del fortalecimiento social, de acuerdo a la filosofía e ideario que marca la IBERO Puebla, los cuales respondieron al unísono, ¡Sí, protesto!
Cabe destacar, que durante el protocolo acompañaron a Fernando Fernández Font, Gonzalo Inguanzo Arteaga, director General Académico, Covadonga Cuétara Priede, directora General del Medio Universitario, Jesús Bernardo Rosas Pozos, director General de Administración y Finanzas y Eugenio Yarce Alfaro, director General de Vinculación y por parte de la Secretaría de Educación Pública de Puebla, Arturo Ordaz Merino.