Es la sociedad poblana, la que discrimina más en el país, lo anterior, de acuerdo al Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (CONAPRED), en su última encuesta aplicada, a nivel nacional. Así lo reveló Claudia Alonso González, responsable de Género del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría de la Ibero Puebla.
Además, puntualizó Claudia Alonso, es una sociedad con niveles muy altos en criminalización de la pobreza.
A cuatro días del festejo por el día del amor y la amistad, señaló que, esa discriminación, va asociada al tema del amor, al vincular desigualdad con el amor.
“El amor como lo aprendimos en nuestra sociedad, está montado sobre una relación de desigualdad”.
El amor está relacionado con aprendizajes, “porque no nacemos amando, aprendemos a amar en la familia, aprendemos a amar con lo que nos muestra la televisión”.
“Y esta forma de amar nos enseña a las mujeres a elegir pareja, que sean un poco mayor que nosotras, con un poco más de escolaridad que nosotras”.
Los indicadores señalan, dijo Alonso González, que la pareja tienen que ser de clase social un poco más alta y si se puede un poco más alto en estatura, “esto lo vemos”.
"En ese escenario, lo que hacemos es que elegimos parejas que van a ser una relación que de por sí es desigual, sea más desigual y sobre de eso vamos a montar la fantasía de que como nos amamos, somos igual, somos uno mismo y no es así”.
Insistió en que los indicadores nos recuerdan que no es así, pero, la sociedad poblana expresa indicadores altos asociados a la desigualdad de género.
Puebla es un estado muy alto en número de embarazos en adolescentes, lo que expresa la información insuficiente de anticonceptivos, además de otros problemas.
La sociedad poblana, dijo la responsable de Género del Instituto de Derechos Humanos Ignacio Ellacuría de la Ibero Puebla, se percibe como sociedad conservadora en general.
Además, se encuentran con tendencias religiosas muy rígidas, tienden a ser también mas conservadoras en cuanto a género se refiere, a restringir mucho más las libertades de las mujeres, a restringir su autonomía, su posibilidad de movimiento.
Y eso van dejando a las mujeres, explicó, respecto a temas de la violencia, a ser más predispuesta a vivir esa violencia, porque una mujer que es autónoma económicamente empieza a vivir violencia física en la pareja tiene condiciones para decidir abandonar la relación y decir “hasta aquí llegué”.
Y puede tomar esa decisión de ruptura, porque tiene condiciones, porque tiene su propia casa, porque tiene un ahorro, pero una mujer que depende económicamente y tiene 3 o 4 hijos, para que pueda tomar esa condición no tiene posibilidades materiales.
Una sociedad conservadora tiende a generar o reproducir condiciones no aptas para una vida libre de violencia
Puebla tiene desafíos muy grandes todavía para generar condiciones materiales, culturales y simbólicas, que permitan y que garanticen la seguridad de las mujeres a una vida libre de violencia.