En el debate y cabildeos para la reforma eléctrica del presidente Andrés Manuel López Obrador, la situación del PRI que al final se doble sí lo veo posible.
Así lo aseguró el analista jurídico, Germán Molina Carrillo, “porque a Morena le han votado otros temas más complejos, como la reforma educativa, lo que les dejó el presidente Peña Nieto y que han ido echado abajo”.
Dijo, “los priistas se han plegado, entonces no vería por qué aquí no dieran su brazo a torcer y negociaran a través de algunos acuerdos, algunas gubernaturas, y sobre todo impunidad para prominentes integrantes de sus equipos políticos y de sus líderes”.
El director del ICI, aseguró que, está complicado que logre las dos terceras partes de la votación al ser una reforma constitucional, por eso, podría darse de última hora que el PRI le sume sus votos para aprobar esta reforma.
Y ante eso, señaló que, en poco tiempo sabremos cual fue la moneda de cambio.
La reforma eléctrica del presidente tiene dos formas de lograr su objetivo, si se avala la ley eléctrica que está ante la SCJN ahí puede lograr los cambios si no se operan con la reforma constitucional, puede lograr lo que trae en mente para lograr frenar la participación de las empresas privadas en generación de energía, distribución y venta.
Están dadas las condiciones para que llegaran a que se apruebe esta reforma eléctrica o energética en la cámara de diputados y después de senadores.
Al cabildeo para sacar esta reforma todavía le quedan algunos días, el tema, si no pasara en este periodo, se puede prorrogar para el siguiente o cambiar las fechas.
Será importante ver hasta donde esta reforma ocasionará violaciones al TMEC, porque ya se prevén demandas multimillonarias de empresas de Estados Unidos y España, que han invertido capital en este proyecto.
Ante eso, se espera que esas empresas transnacionales serán castigadas en caso de que se aprobara la reforma y cambiaran los porcentajes de distribución.
En el fondo, dijo Molina Carrillo, la intención del gobierno federal es ser el factor predominante para controlar el 54 por ciento de la producción de energía en el país y hacer los cambios que le permitan tener un mayor control de precios de lo que están ganando las empresas privadas.
Germán Molina, dijo, “el costo que puede tener para el país echar abajo esos contratos con las empresas extranjeras se tiene que clarificar porque pasaría como el FOBAPROA que lo tendríamos que pagar los mexicanos vía los impuestos”.
Ante una crisis que vive el mundo, ante una inflación galopante que ya superó el 7 por ciento este año y que puede cerrar al fin del año al 10 por ciento, el escenario para el gobierno no es el mejor.
Sí es necesario que la gente tenga muy claro si va a haber beneficio para las clases sociales más vulnerables o si va a representar un retroceso y México enfrente una etapa de problemas de provisión energética como ha ocurrido en otros países.
“Algo que no queda muy claro para la clase política, para los partidos con los líderes con Morena es que ellos no están acostumbrados a negociar, ellos están acostumbrados a imponer".
"Si en este caso, las cuentas no les dan para sacar las dos terceras partes habrá otros mecanismos de presión que pueden llevar a cabo para sacar esta reforma constitucional".