Aunque no existen indicados concretos para medir el rezago educativo que se presentó en los tiempos de confinamiento por la pandemia, expertos en educación de la UPAEP, afirmaron que el rezago educativo puede andar entre dos y tres años.
Para el académico Francisco Rosillo Segura, Puebla es de los estados que procuraron no perder el ritmo de desarrollo educativo, sin embargo, todavía no tenemos una realidad plena de la pandemia.
A pesar de que, se recuperaron algunos contenidos, dijo, no se ha podido permear el impacto, pero reiteró que, la entidad poblana no tiene tanta afectación en términos del rezago escolar.
No hay un indicador preciso a la fecha, dijo, sin embargo, se podrán llevar a cabo las mediciones de futuro y se podrá medir el impacto, pero el rezago depende de las condiciones, porque hay escuelas con carencias muy fuertes de infraestructura y servicios, “ahí, el rezago fue importante”.
Y aunque en diversos foros se asegura que es de más de dos años, reiteró, hay que llevar a cabo un diagnóstico oficial, “es necesario diagnóstico profundo para conocer el verdadero rezago”.
Lo cierto, agregó, es que el rezago educativo es una realidad y existen diversas causas, desde el contexto, las distracciones, el que los alumnos estén al cuidado de abuelos y tíos que no tienen responsabilidad directa y no les dedicaron tiempo suficiente.
Dijo que, hay otras causas, que, con medios tecnológicos, las tecnologías no apoyaban al desarrollo educativo, además del ruido, la televisión, los videojuegos, la música y otros distractores, “todos estos generaron un rezago en los procesos de aprendizajes”.
Son alrededor de 99 mil maestros en el sistema educativo de Puebla, en los diversos niveles y también para ellos fue una curva de aprendizaje muy fuerte, algo que los reta.
Por eso, destacó los elementos clave desarrollo de habilidades intelectuales, numérico matemáticas, de relación y comunicación, que impulsaron los profesores en las aulas virtuales, “ahora, hay elementos suficientes para ayudar al desarrollo del país”.
Ante eso, Rosillo Segura, reconoció la gran labor desarrolladas por los maestros en tiempos de pandemia, por eso, también hay que velar sobre su integridad socioemocional, igual que con los alumnos, “porque también cargaron con sus dolores y siguieron ejerciendo su labor educativa”.
Por eso, destacó la necesidad de impulsar esfuerzos para su capacitación y seguir con su labor docente con los estudiantes, “pero hay que reconocer su labor en las aulas en tiempos de pandemia”.
Y es que, son ellos los que ayudan a que alumnos se reconozcan como personas, que se encuentren con el grupo y la comunidad educativa, “lo hacen por medio de diálogo y convivencia y con espacios de juegos”.
Por su parte, la académica, Paulina Iturbide Fernández, recordó que, hubo obstáculos y dificultades que nos llevaron al uso de tecnología y se dejaron del lado las oportunidades de estar que en el aula para desarrollo de aprendizajes y del desarrollo integral.
Para los alumnos en tiempos de confinamiento, hubo grandes riesgos, como dejarlos expuestos en internet y en la casa, al nulo acompañamiento, además que, se abrió la brecha del rezago educativo.
Dijo, “se dejaron de brindar espacios de participación constante en espacios educativos”, además, a los estudiantes que tenían discapacidad, los dejaron sin posibilidad de compartir los espacios virtuales.