La creación de la aerolínea a cargo del ejército mexicano, además de otras obras de infraestructura en el poder militar, ponen en riesgo la democracia del país.
Así lo aseguro el analista político de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP), Paulino Arellanes Jiménez, quien aseveró que, habrá que quitar las diferentes concesiones que se le está dando al poder militar en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador.
Y es que, esa línea aérea operada por el Ejército mexicano entraría en operación el próximo año, por eso, el politólogo de la máxima casa de estudios del Estado de Puebla reiteró que, eso sí resulta un poco riesgoso para la democracia del país.
En ese contexto, aseguró que, no puede dejarse en manos del Ejército, la administración de tantas acciones del gobierno federal, porque eso le atraería mucho poder.
Por eso, señaló que, además de la línea aérea, tampoco se le puede dejar la administración del aeropuerto Felipe Ángeles ni la construcción de infraestructura en el país.
Lo anterior, aseveró, representa que el ejército mantenga un poder creciente y pueda tomar decisiones que afectarán al país, por eso, dijo, es momento de quitarle esos beneficios que tiene.
Por eso, Arellanes Jiménez, reveló que, en el marco de la integración de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional (SEDENA), para los próximos cuatro años en que la GN permanecerá dentro de las fuerzas armadas, puede desligarse de la SEDENA, de manera paulatina.
Eso tiene que pasar, una vez que ya estén perfectamente calificados, formados en todos los aspectos que requiere una policía de seguridad pública o seguridad ciudadana, para brindar los resultados que la ciudadanía espera en el rubro de la seguridad pública.
Entre esas características que debe cumplir la Guardia Nacional, dijo, se encuentran conocimiento de la constitución, de leyes secundarias, de derecho humanos, estrategias y del funcionamiento de los ministerios públicos.
Paulino Arellanes, aseguró que, si ese es el camino, será bienvenido, porque de lo contrario, nos vamos a enfrentar a un problema después del 2024 cuando Andrés Manuel López Obrador se vaya, porque es el que tiene el control.
“Porque ninguna Guardia Nacional va a querer convertirse en ministerio público para perseguir a delincuentes, nos vamos a enfrentar a un problema que no ha sido considerado”, puntualizó el analista político.
Y es que, agregó, la función de ellos es cuidar, pero no para perseguir ni detener, porque eso implica otras cosas, “ahí nos encontraremos el problema de capacitación, formación, educación hacia la conversión en policía de seguridad pública y privada”.
Por eso, dijo que, con la Guardia Nacional dentro del Ejército, el riesgo que se corre es de judicializar el país, donde las fuerzas armadas tengas la injerencia en temas del poder judicial.