En la actualidad, el partido Morena, está cohesionado a través del liderazgo del presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, que está convertido en el personaje político que conduce la mayoría de los triunfos de los candidatos del partido.
El politólogo de la BUAP, Paulino Arellanes Jiménez, aseguró que gracias a la imagen del presidente López Obrador, y de Mario Delgado, senador de Morena, que lleva las riendas ideológicas del instituto político.
El analista político de la máxima casa de estudios del estado de Puebla dijo que, en Morena, sus integrantes tienen la incertidumbre de que una vez que el liderazgo se vaya, el movimiento se va a enfrentar a un desafío muy fuerte.
Y es que, agregó, observa el problema por cuanto que no se ha logrado constituir como partido político, en tanto lo que tradicionalmente significa esto.
Por hoy, dijo Arellanes Jiménez, tiene mucha fuerza a nivel nacional como en la mayoría de los estados y regiones del país, tan es así que ha ganado las principales plazas de gubernaturas y de Congresos locales.
En esa situación se encuentra Morena, dijo el académico de la BUAP, y con eso, ha logrado crear todo un movimiento territorial a nivel de México que le permite estar presente y con lo cual asegura posiciones cada vez más fuertes.
“Pero lo hace, siempre dependiendo del liderazgo local que representa el presidente de la república, Andrés Manuel López Obrador, lo que resulta un tanto riesgoso, para este movimiento llamado Morena”.
El movimiento de Morena, que no se puede concebir como un partido político, sino como un movimiento político social, dijo Paulino Arellanes, “en la medida que no fue constituido desde un principio como algo corporativo, que es uno de los elementos que distinguen a cualquier partido político”.
Sin embargo, ese movimiento social fue compuesto de diferentes ideologías, organizaciones y miembros de diferentes partidos políticos, del PRD, del PAN o del PRI y de algún otro, que terminaron por adherirse al movimiento y le ha sido difícil constituirse.
Morena ha jugado al filo de la navaja, dijo el académico de la BUAP y ocurre que después de procesos internos, como el reciente en que eligieron consejeros, donde hubo riesgo de rupturas.
Por eso, dijo que, los que mantienen los liderazgos tienen que ser más sensatos, porque es una de las formas efectivas de evitar rupturas, porque de no hacerlo, corren el riesgo de llegar fracturados a la gran elección de 2024.
Arellanes Jiménez alertó que, dentro de la lucha por el poder, se integran personas oportunistas que no tienen identidad ideológica, pero que tienen los espacios, son oportunistas y acomodaticios, por eso, deben estar alertas que no se les cuelen.
Los huecos y vacíos de poder terminan siendo ocupados por grupos de poder y de interés, que los mueven razones financieras, políticas o comerciales, pero no de convicciones ni de ideologías.