Con datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), en promedio al menos 12 mujeres mueren cada día, en América Latina y el Caribe por el hecho de ser mujeres.

Para el director del Instituto de Ciencias Jurídicas (ICI), Germán Molina Carrillo, existe un aumento de los riesgos de violencia contra las mujeres y las niñas.

Ante eso, señaló que, en la región, en promedio 1 de cada 3 mujeres ha padecido violencia física y/o sexual en una relación íntima a lo largo de su vida, lo cual fue acentuado durante la más reciente pandemia mundial.

Además, dijo, la trata de personas supone la promoción y materialización de explotación de una persona, mediante el rapto, retención, traslado forzado, engaños y/o coacción moral y psicológica.

Lo anterior, para obtener lucro o beneficio del tráfico de individuos o su sometimiento a trabajos forzados, explotación sexual, la extirpación de un órgano y formas análogas a la esclavitud y la servidumbre.

El analista jurídico, dijo que, en su modalidad de explotación sexual, es un fenómeno delictivo que involucra dinámicas de captación, por la vía violenta o mediante engaños, retención e incomunicación de las víctimas, sometimiento a labores de prostitución, formas de victimización convergentes y violencias basadas en género.

“En su mayoría afecta a mujeres adolescentes, jóvenes y adultas, muchas de las cuales pueden ser movilizadas contra su voluntad fuera de sus comunidades, Estados e incluso a través de fronteras internacionales”.

Molina Carrillo, dijo que, es evidente que este tipo de explotación hace alusión a diferentes grupos de poder, que tienen en común ciertos aspectos, tales como la cosificación de la mujer, porque éstas pueden ser poseídas, vendidas y explotadas, además de un régimen de violencias patriarcales y misóginas.

Con eso, lo que hacen es vulnerar los derechos humanos de las mujeres y cuyos actores principales van desde redes criminales, pasando por organizaciones compuestas por vínculos familiares, hasta llegar las mismas relaciones sexo afectivas.

“Algunas mujeres que se dirigen a las ciudades en busca de oportunidades laborales o de estudio, mejores condiciones de vida y supervivencia, puede ser aprovechada por redes de trata quienes, por medio de engaños, captan a mujeres con la intención que realicen trabajo servil, sobre todo la explotación sexual”.

“La trata de personas es un fenómeno ligado a la desaparición de mujeres y a la prostitución, además que surgen otro tipo de consecuencias gravísimas que van de la mano, como la desaparición y hasta el feminicidio”.

El panorama para las mujeres es muy difícil, además, de acuerdo con diversos diagnósticos e informes nacionales e internacionales, México es un país de origen, tránsito y destino de víctimas de trata de personas.

Ante tal diagnóstico, lo que puede ser un diferenciador es atacar las vulneraciones de este segmento de la población, esto es, edad, condición socioeconómica, riesgos laborales, condición migrante o extranjera, discapacidades, ser madres de origen indígena, hábitos de consumo y nivel educativo, es urgente que haya voluntad política para atajar este laberinto sin fin.