En relación con las tradiciones de la Semana Santa, que vienen cargadas de fe, misticismo y regocijo, lo que se observa hoy, es que las tradiciones religiosas han pasado a ser acciones de turismo donde prevalece la ganancia.

Para el coordinador de Innovación en Servicios de Información de la Ibero Puebla, Jesús Alejandro Ortiz Cotte, el turismo, a nivel general, se vuelve uno de los sistemas para captar recursos más importantes.

Además, lograr recuperar lo que puede fortalecerlo y se crean diferentes dinámicas, “lamentablemente una dinámica de capitalismo y de gentrificación”, que provoca el desplazamiento de vecinos empobrecidos de las zonas turísticas.

Entonces, dijo, el turismo busca experiencias y una de esas es el turismo religioso, que va desde ir a Tierra Santa, hasta a visitar los pueblos mágicos para ver las procesiones que llevan a cabo.

Además, asisten para ver las actividades de la Semana Santa, el ejemplo más claro es el de Iztapalapa, que es todo un teatro vivo, con años de preparación, donde se involucra a la gente, dijo.

“Podemos decir que está pesando más la tradición turística, donde se le invierte mucho dinero, sobre la tradición religiosa que se deja a un acto personal y voluntario”.

Ortiz Cotte, recordó que hace 6 años, con el temblor de 2017 se cayó una base de una de las torres de la iglesia de Los Remedios, en Cholula, pero al ser un atractivo turístico, fue de lo primero que se reparó.

“Esos trabajos fue de lo primero que se destinó recursos y eso porque es muy turística la pirámide de Cholula y la capilla de arriba”, por eso, agregó, priorizaron un asunto turístico y no tanto religioso.

Para el coordinador de Innovación en Servicios de Información de la Ibero Puebla, indicó que estamos en esta transición de pasar a la "tradición turística", donde lo importante es recabar fondos, de cientos de millos de pesos.

Porque el turismo que viene a Cholula que come y pasea, también viene por las procesiones que son impresionantes visualmente, “con ciertos símbolos y siempre asiste muchísima gente”.

Por eso, dijo, “la palabra que pueda ayudarnos a entender la relación entre tradición, cultura y turismo, es de una transición de una tradición perfectamente religiosa a una tradición más turística”.

Se juega todo por la ganancia y se "pervierte" en muchos casos tradiciones religiosas, seculares y de culto religioso, porque la preocupación no era una procesión religiosa, de interioridad, pero ahora era otro tema.

“Hace 30 años, la semana santa era un elemento de interioridad, religioso, donde las abuelas y en general, la gente mayor, lo tomaba con mucha seriedad religiosa, no comer carne, hacer sacrificios, penitencia, no ver televisión, poner cortinas”.

Sin embargo, eso es parte de una tradición religiosa que se ha ido transformando en una tradición y en un acto cultural que implica un turismo religioso que ha ido creciendo en los últimos años.