En los últimos 30 años, en México y en las entidades federativas tenemos las estructuras de gobierno más antidemocráticas y la oposición más débil y corrompida, por eso, los resultados que ofrecen no son los mejores, explicó el politólogo de la UPAEP, Pablo Aranda Vargas.

“Hoy en día, desafortunadamente, el gobierno en general, no solamente a nivel federal sino en los gobiernos locales tenemos una estructura de gobiernos más antidemocrática de los últimos 30 años”.

Por otro lado, el director del área de Formación Humanística de esa institución complementó señalando que se tiene a la oposición más débil y corrompida que podemos imaginar, ambas características no abonan a tener un país más democrático.

El académico destacó que eso ya está provocando campañas en que se violenta la normativa porque se pasa por alto las reglas básicas de promoción personalizada que la propia constitución establece.

Lo anterior, en relación con las bardas y los espectaculares promocionales que utilizan algunos aspirantes a cargos de elección popular, sobre todo a la gubernatura del Estado de Puebla.

Uno de los problemas mayores de las autoridades electorales, dijo el académico de la UPAEP, es que hemos sustentado nuestro sistema electoral en la cultura del fraude y en la cultura de la trampa.

Por otro lado, aseveró que eso genera una justificación a todo, pero eso no se puede, porque en el país, se mantienen altos niveles de corrupción y de impunidad.

Aranda Vargas, recordó que, lo anterior resulta sorprendente, porque el partido Morena, que actualmente encabeza el poder en el ámbito federal, porque es un partido que nace como una demanda fuerte en contra de la corrupción.

El director del área de Formación Humanística de la UPAEP aseveró que, ese instituto político es un producto de una enfermedad social y de una contracción del sistema político mexicano.

Previamente, el académico recordó que, el presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), no debe mostrarse como el dueño del país ni de las instituciones.

Recordó que, uno de los problemas de fondo, es que México no tiene una cultura democrática que, permita cumplir la ley de manera estricta, por lo que, muchos intentan siempre desarrollarse en el margen de la normatividad nacional.

Por eso, lo conducente de parte de todas las instituciones del país, es que, en cada caso, se haga valer la ley de manera estricta, independientemente, de quien la violente o intente pasar por encima de ella.

Ante eso, dijo que, la pobreza democrática que se vive tiene que ser combatida desde los diferentes frentes, institucionales, políticos y sociales, para avanzar en un Estado donde funcione todo su engranaje.