Ante la creciente presencia de migrantes de Centroamérica, Sudamérica, Asia y África que entran a México por la frontera sur de Chiapas, las personas enfrentan complicidades para extorsiones entre los guardias de migración y la delincuencia organizada.
A decir de la profesora investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas de la UPAEP, María de Lourdes Rosas López, los migrantes entrevistados en territorio mexicano, no entienden como al mismo tiempo hay todas las violaciones a sus derechos humanos.
Y lo peor, dijo, es que esas violaciones son ejecutadas por guardias de migración y agentes policiacos de todo tipo, que se aprovechan de ellos.
“Algo muy importante que hemos observado que están en complicidad con ciertos grupos que los migrantes observan de la delincuencia organizada que, en muchas ocasiones, además, eso grupos de delincuentes operan solos, sin elementos policiacos, sin guardias de migración”.
Explicó que, en muchas ocasiones, esos grupos de delincuentes operan solos, pero, además, en contra de los migrantes cometen desde secuestros, extorsiones, detenciones, robos, violaciones, “todo esto lo sufren de manera importante en México”.
Ante ese escenario, dijo que, en otros países, por ejemplo, lo que salen de Sudamérica, no tienen problemas, “el primer problema lo enfrentan en la selva del Darién y ya en Panamá lo que hacen las autoridades es darles las facilidades para que salgan de su territorio.
Por eso, apuntó Rosas López, deciden venderles un boleto de autobús en dólares, porque todo se paga en dólares, porque quieren es sacarlos de su territorio y los suben a un autobús y van afuera de Panamá”.
La profesora investigadora de la Facultad de Ciencias Políticas de la UPAEP aseguró que, ya en territorio de Costa Rica, las autoridades de gobierno hacen lo mismo, los quiere sacar, no los quiere tener ahí, por eso, los sube a otro autobús y los saca también.
Sin embargo, aclaró la académica de esa universidad poblana, en Nicaragua ya todo el trayecto es por su cuenta y tienen que caminar, pagar sus camiones, combis y taxis, “se viene así todo el trayecto”.
Lo alarmante, señaló, es que al llegar a México se encuentran con una red de complicidades que ha generado la industria de la migración que es hacer negocio con ellos y en ese negocio también está implicada la violación a sus derechos humanos porque es la forma de amenazarlos para obtener dinero.
Y aunque, previamente, comentó que en México encuentran personas buenas, humanas y bondadosas, también se topan con extorsiones y abuso de poder, además de la complicidad entre agentes migratorios y la delincuencia organizada.
Para los migrantes nacionales y extranjeros que pasan por territorio mexicano para llegar a la frontera norte con Estados Unidos, dijo María de Lourdes Rosas, los albergues son para ellos una especie de oasis donde pueden comer, dormir y bañarse.
Además, ahí mismo obtienen ropa limpia y zapatos en buenas condiciones para que puedan continuar su viaje, sin embargo, el territorio mexicano representa para ellos, violaciones constantes a sus derechos humanos.