Uno de los grandes problemas del país está en la recaudación fiscal y seguimos en la misma situación porque los grandes capitales y los millonarios del país no pagan impuestos y siguen, sin pagar impuestos.
Lo malo es que las aportaciones de los asalariados, de las personas físicas es 19 veces mayor y cualquiera que vea los números del SAT de tasas efectivas saldrá con la idea de que las grandes empresas están lejos de pagar lo que deberían y esta, seguro es la intención de la autoridad fiscal, afirmó la economista de la Ibero Puebla, Mar Estrada Jiménez.
Ahí tenemos problemas estructurales en términos del empleo porque la informalidad representa que los trabajadores no puedan acceder a mejores condiciones laborales, no tengan prestaciones y las empresas tampoco las puedan ofrecer.
Pero lo malo, aseguró, es que sí ha habido reformas laborales, pero si a nos fijamos en la informalidad y en los millones de personas que se encentran en la informalidad vemos que hay varias cosas preocupantes.
Por eso, señaló, tenemos un desequilibrio que fue prometido subsanar al inicio de este sexenio, por muchos años de campaña del actual presidente y fueron muy pálidas y no se hizo casi nada.
“En términos laborales nos quedó a deber muchísimo, de hecho, es uno de los temas que son más importantes para la calidad de vida de las personas y que no se tomó tanto en cuenta, a pesar de los proyectos y los desarrollos que trataron de hacer, el tiempo no es suficiente pero no sucedió eso”.
Con base a un análisis del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY), la académica de la Ibero Puebla dijo que, en México y en todo el mundo se permite que los negocios deduzcan el costo de ventas, la nómina de sus empleados y otros gastos antes de aplicarles una tasa impositiva.
Esa es la tasa del impuesto sobre la renta que, como su nombre lo indica, toma como base la utilidad o renta del negocio, no las ventas, por eso, de aplicarse la tasa de ISR a las ventas y no a la utilidad, la enorme mayoría de las empresas quebrará.
Estrada Jiménez, reiteró que, la tasa efectiva que pagan los asalariados es ocho veces superior a la de los grandes contribuyentes y la que pagan las personas físicas es 19 veces mayor y cualquiera que vea los números del SAT de tasas efectivas saldrá con la idea de que las grandes empresas están lejos de pagar lo que deberían.
Con base a un estudio del Centro de Estudios Espinosa Yglesias, recordó que, el SAT dio a conocer que los grandes contribuyentes del país, que son un grupo con poco más de 10 mil empresas que, pagan una tasa efectiva de impuestos es de apenas 1.3 por ciento.
Este porcentaje parece muy bajo, sobre todo si lo comparamos con la tasa corporativa de Impuesto Sobre la Renta de 30 por ciento y la sensación inmediata es que los conglomerados más importantes del país están abusando.