Sevilla y San Luis Potosí tendrán lo suyo, pero la procesión de Viernes Santo en Puebla no se compara con ninguna. Un contingente superior a ocho cuadras caminará durante tres horas los 2 kilómetros más dolorosos de la pasión de Jesucristo.

Después del carnaval de huehues que enloqueció a Puebla, ahora el abatido toque de tamborileros, angelitos, estandartes, así como el desgarrador llanto de los trompeteros detrás del fúnebre paso de la Cruz Guía pondrán de luto a toda la ciudad.

En su vigésima edición, 600 elementos de Seguridad Pública y Vialidad, sin contar boy scouts, universitarios, bomberos y Cruz Roja estarán al pendiente de usted.

Símbolo de esperanza para el más ateo, aliento para el desamparado, consuelo para las penas, cinco imágenes se apoderarán de la ciudad en la más ordenada manifestación que va más allá de un ritual religioso, se trata de un milagro de la fe.

Refugio de fe Apta para todas clases sociales en ella no existe el mentado NRDA, en 20 calles, las señoras de la aristocracia se confunden con la servidumbre, los obreros con sus patrones, la bandera con los "hijos de papi"; los tiras dejan su fusca, los panaderos la masa, las amas de casa la casa y los zapateros la clavada.

La fe mueve montañas, y si bien el desempleo, la crisis, la enfermedad, las injusticias y hasta la mismísima transición le ha movido el tapete a más de uno, esos más de uno se refugian en un ser que no existe físicamente, pero a quien le confían todo.

No es un espectáculo, menos una estrategia turística (aunque igual se preste), se trata del dolor del pueblo por la Pasión del Redentor en su trayectoria hacia la Sagrada Cruz.

Literalmente los porteadores (as) se pelean por llevar a cuestas al Santo que les devolvió la salud, sacó de la cárcel, le dio un taco, o simplemente quieren más que al esposo (a).

Si en el 2009 se registró una afluencia de 70 mil personas, 85 mil en el 2010, este 2011 se prevén 100 mil, de ahí la importancia de hablar del significado de la peregrinación, su origen, interrupción y rescate, aunque a muchos les interese un reverendo cacahuate y prefieran asolear la barriga para regresar a empeñar hasta el gato.

Además de la jerarquía eclesiástica y funcionarios locales, acuden académicos y directivos de instituciones como la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla, Colegio Andes, Instituto México, la Asociación de Scouts y la de Médicos Católicos.

El comité organizador presidido por Rafael Rangel; Carlos Castro, coordinador de logística, funcionarios de la UPAEP; el arqueólogo Eduardo Merlo y el Nazareno Arturo Sánchez anunciaron que este 22 al medio día, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa dará inicio a la procesión con una homilía en Catedral.

El origen

Vayamos por pasos: Los primeros en organizarlas fueron los franciscanos, al catequizar indígenas nace el fervor, en 1524 se celebró en la Nueva España el primer Viernes Santo.

Actualmente se realiza una sola procesión en Semana Santa, sin embargo, en el XVI había peregrinaciones todos los días. Al ser Puebla la segunda ciudad más rica en esa época, "no sólo era una marcha, sino muchas, cada templo sacaba su imagen."

De hecho, había veces en que se topaban y existía un por así llamarlo "Saludo de Imágenes."

La prueba de esta manifestación religiosa en México está plasmada y olvidada en las paredes del Convento de Huejotzingo, y es que los muros de la iglesia relatan una procesión de tres cofradías, lamentablemente recargaron retablos que impiden ver por completo la representación, informó el arqueólogo Merlo Juárez.

"Incluso son personajes encapuchados (con cucuruchos en la cabeza) quienes van camino a un Calvario donde un sacerdotes están descendiendo a Cristo de la Cruz."