Para algunos, Halloween es sólo una fecha para disfrazarse, pedir dulces y ver películas de terror. A diferencia de otros festejos, este día es quizá uno de los más controversiales e incomprendidos. ¿Alguna vez te has preguntado porque las brujas, gatos y calabazas están asociados con una celebración milenaria? A pesar de ser una tradición estadounidense, el “Día de Brujas” está muy ligado a nuestro Día de Muertos, para bien o para mal, aquí te vamos a explicar la relación de esta celebración con los símbolos que la rodean.

Gatos negros

Los pobres felinos de color azabache, siempre han sido discriminados y asociados con la mala suerte, lo que los hace perfectos para la decoración de octubre.  Dicha reputación, data de los inicios de la época moderna, cuando se disparó la famosa 'cazería de brujas'.

En aquellos tiempos, cualquier anciana solitaria era acusada de brujería, y de paso, sus peludas mascotas eran considerados “regalos del mismo diablo”. Otro mito medieval aseguraba que las brujas se transformaban en estos animales, motivo por el cual, eran perseguidos, cazados y quemados.

Sin embargo, no en todas partes son sinónimo de infortunio; en algunos lugares donde no se practicó la caza de brujas (como Irlanda, Gran Bretaña y Escocia) aún conservan su dignidad.

Calabaza

La actividad de tallar el regordete vegetal, tiene sus raíces en una siniestra y trágica fábula. De acuerdo con el folklore gaélico, un borracho llamado Jack engañó al mismo Satanás, y gracias a esto quedo vetado del cielo y el infierno. Sin otra opción más que deambular por el oscuro purgatorio; Jack hizo una linterna con un nabo y un carbón quemado que el diablo le aventó desde el infierno.

La historia decía que Jack utilizaba la linterna para guiar su alma perdida, así que los celtas creían que poner nabos alumbrados afuera de sus casas, ayudaba a orientar a las almas perdidas en la víspera de todos los santos. De igual modo, crear un rostro malévolo en la hortaliza, servía para ahuyentar a los malos espíritus.

Debido a la gran hambruna irlandesa en 1846, miles de personas emigraron a Estados Unidos. Como los nabos eran difíciles de conseguir en la zona, decidieron sustituirlos calabazas.

Murciélagos

El folklore medieval también relacionaba a los murciélagos con las brujas. Muchos creían que ver a uno volando en Halloween, traía mala suerte. Otro mito afirmaba que si este mamífero volaba tres ves alrededor de una casa, significaba que uno de sus habitantes moriría pronto. Los supersticiosos también suponían que si un murciélago entraba a una casa durante el 31 de octubre, era una señal de que el lugar estaba embrujado.

Arañas

Estas patonas son uno de los iconos más representativos de Halloween. Al igual que sus compatriotas, forman parte del Medievo, y fueron consideradas fieles acompañantes de las brujas.

La leyenda contaba que si este insecto caía en medio de una vela y era consumido por el fuego, una hechicera rondaba el lugar. De igual modo, encontrarte un arácnido durante el día de brujas, simbolizaba la presencia del espíritu de un ser querido.

Brujas

La imagen de una señora arrugada con sombrero de cono que prepara brebajes en su caldero proviene de una diosa pagana conocida como 'La Anciana', quien era honorada durante el festival celta de Samhain. 

La deidad también era llamada 'la vieja madre Tierra' y simbolizaba sabiduría, cambio y a las estaciones del año.
En la actualidad, la amable imagen de la erudita se convirtió en una amenazadora y cacaraqueante mujer.

Calderos

Los celtas paganos creían que después de la muerte, todas las almas se iban al caldero de 'La Anciana', el cual simbolizaba el útero de la Tierra.

Ahí, los espíritus esperaban la reencarnación, y la diosa mezclaba su interior para permitir la entrada de nuevas ánimas y el renacimiento de las viejas.

Hoy en día, la idea del caldero de la vida ha sido reemplazada por un burbujeante y malévolo recipiente hondo hecho de metal. Por otro lado, a pesar de estar siempre pegadas al caldero, a las brujas nunca se les ha atribuido habilidades extraordinarias en la cocina, a excepción de cocinar niños o forasteros desafortunados.

Escobas

Algo vuela por los cielos, y no es un súper héroe. La escoba de las brujas es otra de las creencias medievales. Las viejas e introvertidas mujeres acusadas de brujería, eran generalmente pobres y no podían costearse caballos, así que caminaban por el bosque con la ayuda de palos, que muchas veces eran sustituidos por escobas.
El folklore ingles afirmaba que durante los aquelarres, las brujas untaban diferentes pociones en sus cuerpos, que las hacían 'volar'. El alucinógeno menjurje, causaba mareos, taquicardia y desconcierto, otorgando la característica ilusión, similar a muchas otras sustancias y efectos que aun se practican en la actualidad.  

Pedir dulces

En los viejos tiempos, se decía que durante Samhain, la barrera entre los mundos desaparecía, por lo que los muertos podían visitar a los vivos. Las malas lenguas aseguraban que los fantasmas se disfrazaban de humanos (especialmente mendigos) y tocaban de puerta en puerta pidiendo comida o dinero. Si alguien negaba los ignoraba, podía ser embrujado o maldecido.

Otro mito celta, radicaba en disfrazarse de diferentes criaturas para hacerse pasar por un espíritu maligno y evitar ser hechizado. En Estados Unidos la tradición se popularizó en los 50's, pero fue llevada por los inmigrantes irlandeses desde 1900.

En México dicha traducción evoluciono al grado de substituir los dulces por dinero, lo cual resulta bastante lucrativo para los infantes y uno que otro padre de familia.

Colores tradicionales

Los característicos matices de Halloween provienen de la celebración pagana del otoño y la cosecha; el naranja simboliza los colores del cultivo y las hojas de los árboles, mientras que el negro significa la 'muerte' del verano y el cambio de estación. A través del tiempo, el verde, morado y amarillo fueron añadidos en el festejo.