Un asteroide descubierto recientemente, el 2012 BX34, ha rozado la Tierra esta tarde realmente cerca, a menos de 60.000 kilómetros, mucho más cerca de lo que se encuentra la Luna (0,17 veces la distancia a nuestro satélite natural). La roca espacial de entre 11 y 14 metros de largo, más o menos el tamaño de un autobús, no suponía ningún peligro para nuestro planeta. Al contrario, su visita era motivo de satisfacción para los astrónomos aficionados, que han tenido la oportunidad de observar el vuelo del asteroide, iluminado a una magnitud 14, justo antes de su máximo acercamiento, previsto para las 16.30 (hora peninsular española).

El pequeño asteroide viaja a unos 8.900 metros por segundo. Ha sido observado por el telescopio Catalina Sky Survey en Arizona y el observatorio Magalena Ridge, en Nuevo México (EE.UU.), por lo que su órbita había sido bien precisada y se había descartado totalmente el riesgo de impacto con la Tierra. «No sería capaz de atravesar nuestra atmósfera ni aunque se atreviera a intentarlo», habían dicho en Twitter científicos del centro Asteroid Watch en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Pasadena, California.

Devastación a gran escala

Los astrónomos aficionados que hayan estado en el lugar adecuado y tuvieran un buen equipo habrán podido ver este objeto espacial, ya que estaba previsto que alcanzara la magnitud 14 en el momento de su máximo acercamiento.

Científicos de la NASA y otros astrónomos realizan un seguimiento regular de los cielos en busca de asteroides que pudieran representar un peligro para la Tierra. Los expertos estiman que el impacto de un asteroide de unos 140 metros puede causar una gran destrucción, pero debería ser aún más grande para causar una devastación a escala global.