Día siete y el volcán Popocatépetl sigue en actividad. La alerta es color amarillo fase 3 en los 14 municipios aledaños al coloso, con una población de 52 mil personas en el estado de Puebla. La población y autoridades están en constante alerta y tensión, “por si acaso”.

El Centro Nacional de Prevención de Desastres (Cenapred), en su último reporte, advirtió de una actividad explosiva de escala intermedia a alta, crecimiento de domos y posible expulsión de lava, explosiones de intensidad creciente y lluvias de ceniza.

Todo el fin de semana el Popocatépetl arrojó material incandescente. Este lunes las fumarolas de vapor, agua y grandes cantidades de ceniza siguieron, pero aún no representa un riesgo a la población que se mantiene alerta y preocupada por la actividad del coloso.

Cuatro poblaciones están ubicas en zona de alto riesgo volcánico, como San Nicolás de Los Ranchos, Santiago Xalitzintla, San Pedro Benito Juárez y Tochimilco, que en caso de evacuación se movilizarían 7 mil personas a dos albergues, uno ubicado en San Pedro Cholula y el otro en Izúcar de Matamoros.

Al lugar llegó Armando Cañedo Solares, encargado de la Dirección General de Gobierno de Puebla, para reunirse con autoridades auxiliares de San Nicolás de Los Ranchos y pobladores de la cabecera y juntas auxiliares, vecinos del Popocatépetl.

Trató de calmarlos, al afirmarles que no existe ningún riesgo con la actividad actual del coloso, llamado cariñosamente “Don Goyo”. Sin embargo, deben estar alertas por si despierta más fuerte.

Este tipo de reuniones son diarias —a las 9:00 horas— para mantener informados a las autoridades locales y estos a sus vecinos, debido a que la información corre de boca en boca, en estos lugares la tecnología no sirve de nada.

Los tres niveles de gobierno se declaran listos para atender cualquier contingencia del volcán Popocatépetl, pues hay coordinación de las dependencias de Protección Civil, Seguridad Pública, Vialidad, Ejército mexicano, Transporte y Salud. Y aunque les afirman que todo está en calma y aún no hay riesgo, autoridades de Protección Civil les recuerdan que si “Don Goyo despierta” puede generar un flujo de lodo muy peligroso. Por lo tanto, constantemente les recuerdan las rutas a seguir, como cuando una maestra insiste en que un pequeño se aprenda las vocales:

“La ruta a seguir seria: 1. ir al albergue de Xalitzintla, ubicado en la loma; 2. esperar para que pase el flujo de lodo. 3. tomar la ruta de Santiago Xalitzintla a San Nicolás de Los Ranchos, luego a Cuatro Caminos con dirección a Calpan y llegar al albergue a San Pedro Cholula”. Esa es la tarea que deben aprenderse de memoria y comunicar a 7 mil personas.

El funcionario estatal fue acompañado por la experta de la Dirección General del Sistema Estatal de Protección Civil (Seproci), Guadalupe Sordo Yunes.

La especialista les recordó a los habitantes reunidos afuera de la presidencia auxiliar que, en caso de que se registre flujo de lodo, la población debe abandonar sus viviendas y refugiarse en un cerro cercano, denominado Tlamimilolpa, donde existe un albergue provisional con capacidad para mil personas, aunque la población en Xalitzintla es de 2 mil habitantes.

“La ruta de evacuación que vamos a seguir va a ser hacia San Nicolás de los Ranchos. Pero si tuviéramos el riesgo de un flujo de lodo, ustedes lo saben, tenemos que subir primero a la loma”, dijo mientras las autoridades locales la escuchaban atentamente.

“Por eso está habilitado el refugio temporal, no es para que se queden permanentemente ahí, sino mientras pasa el flujo de lodo. Pasado el flujo de lodo, nos seguiríamos hacia San Nicolás de los Ranchos para salir por Cuatro Caminos a Calpan y luego a San Pedro Cholula”, indicó mediante perifoneo.

Cañedo Solares les detalló que en la zona de muy alto riesgo volcánico existen tres municipios: Tochimilco, Atlixco y San Nicolás de los Ranchos, en los cuales habitan entre 6 a 7 mil personas.

Pero la comunidad en máximo riesgo volcánico es San Pedro Benito Juárez, junta auxiliar del municipio de Atlixco, poblado a escasos 8 kilómetros del cráter del volcán, el que no ha dejado de rugir y mantener su luminiscencia como brasas ardiendo.

Mientras tanto, en el kiosco de Santiago Xalitzintla juegan dos niños, de entre 6 y 7 años de edad, ambos de muy escasos recursos comparten una bolsa de Chetos, como un preciado tesoro.