El tribunal de Turquía dictaminó que el sexo oral y anal es “antinatural”, en una sentencia que ha sorprendido a muchos en el país eurasiático acostumbrados a que la Judicatura suele proteger la concepción laica y liberal de la sociedad.
Los jueces del Supremo establecieron en una sentencia, conocida hoy, que el sexo oral y anal es “antinatural” y se puede equiparar al que incluya “prácticas de tortura, de violencia, sadomasoquista, zoofilia o necrofilia”.
En realidad, ninguna de estas prácticas está prohibida en Turquía, únicamente se penaliza su difusión de carácter pornográfico en medios escritos o audiovisuales, exceptuando obras artísticas.
“Además, es un indicador llamativo del auge de un conservadurismo autoritario en Turquía y que la vida privada se empieza a criminalizar para ejercer control especialmente sobre mujeres y homosexuales”, cree Selcuk Candasayar, sexólogo de la Facultad de Psiquiatría de Gazi.
La homosexualidad es legal en Turquía y hay varios colectivos de gays, lesbianas y transexuales que reivindican sus derechos mediante marchas de protesta, publicaciones y congresos.
En la interpretación islámica estricta, el sexo anal se considera pecado, pero no así el oral, que los guardianes de la moral islámica tipifican de “feo” y “desagradable”, pero sin establecer prohibición.