Hasta hace poco, Lady Gaga no sólo era símbolo de controversia y excéntricidad sino también de erotismo, con una anatomía generosa y bien cuidada, pero esto último ya es cosa del pasado para la cantante que pasó a convertirse en Lady Gorda.
A sus apenas 26 años, el sobrepeso ya empezó a causar estragos en la otrora sensual silueta de la diva neoyorquina del pop, con unas michelines difíciles de ocultar al desbordarse por los lados, pues en su reciente concierto en Amsterdam, además de polemizar al fumarse un porro de marihuana en escena, dejó ver que rápidamente pasó de ser un símbolo sexual a digno ejemplar para anunciar neumáticos.
Aunque antes del show, Gaga cubrió sus nuevas curvas con una larga bata blanca de manga larga cuando salía de su hotel en lsa capital holandesa en la noche del miércoles, ya en escena fue imposible disimular lo evidente.
Pese a sus kilos de más, la cantante se pavoneó con una serie de trajes provocativos, pero en lugar de revelar su cuerpo esbelto, esta vez se mostraron las caderas y los muslos protuberantes.
De exponente de la lujuria a ejemplar de la gula
Paradójiamente tan sólo hace unos meses sus piernas eran musculosas y su trasero estaba tonificado, sin lucir la llamada piel de naranja.
Gaga reveló en Twitter que había comenzado de nuevo las clases en el gimnasio y que estaba comiendo ensaladas "mataría por una hamburguesa con queso".
"Los rumores de que soy una experta en la cocina son completamente ciertos... Vengo de una familia italiana, ¿qué más puedo decir? Me encanta cocinar. Soy muy buena con la comida italiana. Así que hacer unas grandes albóndigas, pasta... Me encanta", expresó.
Su sobrepeso y afición a la marihuana dejan claro que Gaga tendrá que fumar mucha cannabis para poder inhibir su insaciable apetito.