La fe se desbordó este fin de semana en el templo de Santa Ana, cuyos feligreses y clero siguen en una dura batalla por la reconstrucción de la antiquísima iglesia.
Todo en medio de la incertidumbre que se cierne sobre el templo, el cual podría ser cerrado definitivamente por seguridad, tras la revisión de una especialista del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Este viernes se realizó la fiesta patronal, donde miles de personas llegaron con fe y devoción a los pies de la figura santa conocida como “la abuelita de Cristo”, escultura de más de 300 años.
La mayoría de los agradecimientos son por el milagro —según los fieles— de haber podido tener bebés, que fueron llevados en brazos por las nuevas mamás.
A Santa Ana, una de las imágenes más veneradas de Puebla, se le adjudican los milagros de nacimientos de bebés.
Pero este templo vive desde hace más de cuatro años una cruzada por su rescate, cuyo final feliz aún se ve muy lejano.
Este viernes y sábado se realizaron misas de agradecimiento para mujeres embarazadas, pero no sólo ellas llenaron el templo, sino también decenas de bebés ya nacidos, ahora llamados “hijitos de Santa Anita”.
Desde las primeras horas del jueves, cientos de feligreses le cantaron las mañanitas a Santa Anita —como se le llama de cariño al celebrarle su día—, y decenas más agradecieron a la madre de la Virgen María por la llegada de un bebé.
¿Peligro?
En entrevista, el párroco de Santa Ana, Luis Maldonado Frutos, reveló su incertidumbre ante los señalamientos contradictorios de algunas autoridades, ya que, luego de que Protección Civil asegura que es el inmueble es seguro a pesar de todo, la especialista del INAH Elsa Loranca señaló que hay mucho peligro, por lo que solicitaría se cierre la parroquia.
—Todavía hay maderos apuntalando la estructura. ¿No hay peligro para la gente?
—No, pero hay problemas. El alto coro, la bóveda que no puedo… que no alcanzamos a reconstruir.
—¿Protección Civil ya les aseguró que no hay ningún peligro?
—Vienen y ven, y dicen que no hay peligro, que hay seguridad, pero no sabemos a quién creerle, porque hay un oficio de INAH, luego de que la arquitecta Elsa Loranca vino y se espantó de ver el templo, por eso pidió un oficio para que lo cierren, entonces no sabemos qué sucede.
“Me habló para decirme que ese templo está en mucho peligro, la bóveda principal está fracturada y toda la nave estructural perjudicada, le dije que nos dijo el INAH y Protección Civil que hay seguridad, entonces me dijo que iba a mandar un oficio para que se cerrara el templo, de eso ya hace tres semanas.
”Le dije que esto tiene que arreglarse cueste lo que cueste y sin accidentes”, sentenció finalmente.
La cruzada
El templo de Santa Anita, en la “cruzada” por el rescate desde hace cuatro años, ha logrado obtener fondos del ayuntamiento por más de 2 millones de pesos, que fueron empleados en la mejora de la fachada.
Aunque ahora ya no se ven las grietas o la torre a punto de caer, al entrar, los apuntalamientos con madera —que también fueron pintados— recuerdan que aún falta mucho por hacer.
Y es que se necesitan aún más de 11 millones de pesos para la recuperación total del inmueble, y aún no se sabe de dónde saldrá ese dinero.
El sacerdote Luis Maldonado Frutos ha sido el encargado de la “cruzada” por Santa Anita, quien, a base de lucha, ha logrado la aportación del ayuntamiento para la remodelación de la primera parte.
En entrevista, señaló que seguirán las colectas y las solicitudes a las autoridades para que apoyen a la causa, ya que no sólo es un templo católico, sino que está catalogado como inmueble histórico.
“Nosotros tenemos muy pocos fondos, pero teníamos el problema o el miedo de que con las lluvias teníamos goteras se inundaba.
”Como no tiene cimientos, tenemos miedo de que nos hundiéramos, pero afortunadamente tapamos las goteras y al parecer ya no hay problema, pero esta parte sigue sin cimientos”, comentó.
Hay que recordar que, tras un estudio arquitectónico, se comprobó que con el paso del tiempo los cimientos del lugar literalmente se pulverizaron.
“Entonces, tenemos dos problemas: primero, nuestro templo en ruinas; segundo, lo económico. Sin embargo, todos pensamos que cueste lo que cueste y que sea lo que sea este templo tiene que ser restaurado”, señaló el presbítero Maldonado Frutos.
Indicó que recientemente le hicieron la petición al ahora presidente municipal electo, Antonio Gali Fayad, al tiempo de reconocer que el ayuntamiento de Eduardo Rivera sí ayudó. “No hablamos con él pero le dimos una carta el día que fue electo”, dijo.
—¿Qué están pidiendo?
—Son 11 partes, nos quedan 10, por lo menos son 14 millones. Le hemos metido tres, nos faltan 11. Ya tenemos los estudios que propuso el ayuntamiento lo, único que nos hace falta es dinero.
Recordó que el ayuntamiento de Puebla aportó 2 millones de pesos, y ahora los fondos obtenidos en colectas por los feligreses ascienden a 150 mil pesos.
Señaló que insistirán en lograr recursos del Foremon, programa tripartito entre ayuntamiento, gobierno estatal y federal. “Esperemos que el ayuntamiento sea generoso en los demás o nos ‘diga nosotros pagamos todo’. Ellos tienen muchos millones.”
”Ahorita que ya pasaron las elecciones, que nos interrumpieron mucho, vamos a hacer lo que sea y pésele a quien le pese, pero Santa Anita tiene que restaurarse.”
“Teníamos una torre a punto de caerse. Antes, cuando se tocaba la campana de cuatro toneladas y media, se movía todo. Ahora ya no se mueve, no ha habido problemas ahorita, y de eso ya hace como ocho meses.”
“Vamos a regresar a las colectes porque construir otro templo como Santa Anita ya no es posible. Estamos jugándonos mucho en el exigir el rescate del inmueble histórico y muchas cosas que tiene, todo por el bien de Puebla.”
Fervor
Ni siquiera el estado ruinoso del templo evitó que cientos de fieles llegaran a los pies de la imagen de Santa Ana para agradecer el haber podido tener bebés, que fueron llevados en brazos por las nuevas mamás.
Los feligreses son recibidos en las puertas del templo con sobres para que puedan depositar algún donativo, así como una mesita donde hay documentos donde se explica la situación y gastos en la iglesia, así como un número de cuenta bancaria donde aportar ayuda.
La parroquia fue construida en 1546, su valor no solo es histórico, sino también religioso, ya que cada año decenas de mujeres llegan al templo a pedirle, mediante rezos a Santa Anita, el milagro de tener un hijo.
Antes de la homilía, dedicada a las mujeres embarazadas, varias mujeres rezaron a la imagen de la también llamada “abuelita de Cristo”, además de barrerle con una escobita su lugar para que les haga el milagro de procrear un bebé.
Y aunque el mismo párroco Luis Maldonado Frutos aseguró que se ha ido perdiendo la fe poco a poco, las jóvenes son ejemplo de que la tradición y creencia se niegan a extinguirse.
Según la creencia, las mujeres que tengan problemas para concebir o procrear un bebé deben acudir a pedirle a Santa Ana que interceda ante Dios por el milagro de la vida, pero para ello tienen que barrerle los costados del altar.
Una vez que barrieron con una pequeña escobita, todo lo juntado lo deben recoger y poner en una bolsita de tela, la que junto con un cordel se coloca en el vientre de la mujer, hasta que nazca el bebé.
A la misma misa de embarazadas acudieron por lo menos 15 mujeres que tenían en sus brazos a los bebés que llegaron al mundo por intercesión de Santa Anita, como es el caso de María Luisa Dionesis Sandoval, quien llegó con toda su familia y con el pequeño milagro.
“Nos dijeron que acudiendo a ella y pidiéndole un milagro de esta naturaleza nos lo iba a conceder y, efectivamente, hace dos años venimos y hoy nos presentamos con el bebé a agradecerle”, dijo entre lágrimas muy emotivas.
“Nos concedió el milagro. Sea de la forma que fuera, nos concedió el milagro. Prometimos estar aquí cada año en su fiesta y por eso estamos acá toda la familia.”
—¿Cuánto tardaron en tener bebé?
—Tardamos cinco años y ahora tenemos un precioso bebé.
—¿Cómo se llama el niño?
—Víctor Manuel, y está muy feliz .Nació el 9 de enero de este 2010 —dijo con sonrisa y lagrimas—.
Sin embargo, la devoción a Santa Ana se ha ido perdiendo poco a poco, como lo asegura el párroco Luis Maldonado, quien reconoce que el barrio está en extinción.
“No sé qué tan importante sea, religiosamente hablando, porque no tiene mucha concurrencia, aunque hay algunas costumbres que quedan, como la limpieza de los dientes de los niños, y las mujeres venir a barrer, pero no vienen muchos, son costumbres que vienen en decadencia.”
—¿Cuánto ha disminuido la devoción?
—Yo creo que muchísimo, antes esta zona era de vecindades muy pobladas, pero ya todos se fueron a las nuevas unidades habitacionales.
“Cuando yo recibí la parroquia, el padre anterior ya era muy ancianito, venían 10 gentes, ahora vienen 20, la alce en un 100%, pero yo creo que ha disminuido en un 300 por ciento en general, de cuando tuvo su auge”, señaló el párroco. Para hacer un donativo al
No. de cuenta Bancomer 0189224580
Historia de la Parroquia
El barrio de Santa Anita surgió en 1546, cuando se realizó un asentamiento de indígenas tlaxcaltecas que llegaban a trabajar en la construcción de inmuebles y viviendas para la ciudad de Puebla.
Los tlaxcaltecas pidieron que se edificará el templo, ya que provenían de Santa Ana Chiautempan, por lo que pretendían venerar a la abuelita de Jesucristo y madre de la Virgen María.
Sin embargo, la parroquia es reconocida oficialmente como el Templo del Señor de la Salud, cuya imagen se encuentra en el altar mayor: un Cristo crucificado moribundo. y a sus pies están las imágenes de la Virgen María y del apóstol Juan.
En el templo, en una de las naves laterales, hay un altar dedicado a Santa Ana, a la que se encomiendan con fervor las mujeres que anhelan tener hijos.
Efraín Castro Morales, en su libro Noticia Histórica de la Fundación de Puebla, señala que en 1546 el cabildo hizo extensivos los privilegios de los vecinos a los indios que se habían asentado en la ciudad.
Se les eximió del pago de tributos, con la condición de residir durante cinco años y prestar algunos servicios, pero viviendo fuera de la traza española.
La actual imagen del Señor de la Salud, data de diciembre de 1898, creada por Salvador Guevara, antes de esa fecha se veneraba a otra imagen que se quemó cuando se incendió el altar mayor, pues se adornaba con ceras y flores de papel.
El 4 de abril de 1863 el ejército francés cañoneó el templo de Santa Ana y, en consecuencia, quedó casi totalmente destruida la torre norte del templo, señala el informativo local Tonatiuh, dirigido por Margarita Carrasco Porras.
Después de 455 años de su fundación, el 23 de noviembre del 2005 el templo finalmente alcanzó el título de parroquia.