El cáncer de próstata ocupa el segundo lugar en las muertes por esa enfermedad en México, sólo detrás del de pulmón y bronquios, y en 70 por ciento de los casos que se detectan “ya está muy avanzado”, principalmente por el mito relacionado con el diagnóstico mediante la prueba del tacto rectal.

El jefe de la Unidad de Uro-Oncología del Centro Médico Nacional Siglo XXI, Narciso Hernández Toriz, dio a conocer lo anterior al tiempo de señalar que se trata de un verdadero problema de salud pública a nivel mundial “y en Latinoamérica ni se diga”.

En el seminario “Descubriendo la esperanza frente al cáncer de próstata”, el especialista subrayó que el reto en el tratamiento de este padecimiento es hacer un diagnóstico más temprano y evitar altos costos, tanto públicos como familiares.

Dejó en claro que para el mejor tratamiento de esta afección, de la que se diagnostican un millón de casos a nivel mundial cada año, lo ideal es entre los 40 o 45 años de edad someterse el antígeno prostático, que se obtiene a partir de un análisis de sangre.

Además el tacto rectal, al cual la mayor parte de los hombres “sencillamente no van”, o quienes acuden en un alto porcentaje es “porque los llevan las señoras”.

La presidenta de la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer, Mayra Galindo, hizo ver que el hecho de no acudir a practicarse la prueba responde en algunos casos a un machismo mal entendido, pero también a un cierto tipo de miedo que se presenta igual en las mujeres para hacerse la prueba de detección de cáncer de mama.

“No es falta de información, no es falta de educación ni falta de dinero, es miedo a ir a que le hagan una prueba y que le digan que tiene algo. Un miedo a que me digan que estoy mal”, explicó.

A su vez la psicoanalista Ana María Zelhuber aseguró que uno de los aspectos que analiza esta disciplina es la negación de las personas, en este caso a practicarse estudios para determinar su estado de salud y la presencia de algún tipo de enfermedad.

“No hay que negarse. No se trata de que no me hago los estudios porque no tengo nada, y si me los hago es porque estoy enfermo. No, al contrario, mejor me los hago y si sale algo mal es más fácil para tratarlo, porque si no me los hago no hay garantía de que esté bien”, anotó.

De acuerdo con información difundida en el seminario, el cáncer de próstata se caracteriza por la proliferación descontrolada de células en la glándula prostática, y en algunos casos puede crecer y propagarse a un órgano o tejido a través de la sangre y el sistema linfático e invadir los huesos, lo que se conoce como metástasis.

El cáncer de próstata es el tumor maligno más frecuente en el hombre mayor de 50 años de edad, y representa la segunda causa de muerte en hombres hispanos, y entre 65 y 80 por ciento de los mexicanos que enfrentan la enfermedad en una edad avanzada desarrollarán metástasis ósea.

Debido a lo anterior, estos enfermos son altamente vulnerables a sufrir fracturas, compresión medular y dolor óseo de diversas intensidades, lo cual deteriora su movilidad y calidad de vida, al tiempo que incrementa el costo de la enfermedad y reduce su expectativa de vida.

Además, de acuerdo con la información, 25 por ciento de los casos son asintomáticos y más de 60 por ciento de los mexicanos con cáncer de próstata reciben dicho diagnóstico cuando el tumor ya se encuentra en etapas avanzadas.

A este respecto Hernández Toriz indicó que esto es preocupante si se considera que 60 por ciento por ciento de quienes sufren esta enfermedad son diagnosticados cuando ya se encuentran en etapas avanzadas.

Ello principalmente debido a la falta de información y prevención, por lo cual contar con opciones terapéuticas que prolonguen la sobrevida adquiere un enorme valor para el paciente.

Expuso que quienes sufren cáncer de próstata con metástasis ósea tienen 6.6 veces más riesgo de morir, que aquellos pacientes cuyos huesos no han sido tocados por el cáncer y su expectativa de vida es más corta en aproximadamente dos años.

El impacto a nivel físico, emocional y económico puede ser grande, pues las esperanzas en cuanto al tiempo y calidad de vida son poco alentadoras, en virtud de que al padecer esta enfermedad el varón puede llegar a quedar postrado y depender del apoyo de otros para hacer las tareas cotidianas más elementales como vestirse y bañarse.

Ante esta realidad, cuando el cáncer de próstata se encuentra en estadios avanzados, el principal objetivo es mejorar y extender la vida del paciente a través de terapias innovadoras que prolonguen la sobrevida, permitiendo al hombre disfrutar más momentos en bienestar.

En este sentido el presidente de la Federación Mundial de Medicina Nuclear y Biología y jefe de Medicina Nuclear del Instituto Nacional de Cancerología, Enrique Estrada Lobato, indicó que uno de los avances importantes para el tratamiento es el llamado Cloruro de Radio 223.

Mencionó que a diferencia de los tratamientos con radio-fármacos actuales, que sólo permiten paliar el dolor, el Cloruro de Radio 223 es el único que ha demostrado aumentar la supervivencia y reducir el dolor causado por la metástasis en los huesos.

Expuso que dicha innovación fue aprobada el año pasado por la European Medicines Agency y la Food and Drug Administration de Estados Unidos, y se espera su pronta aprobación en México.

De cualquier forma, el experto en medicina nuclear destacó la importancia de la prevención, a través del antígeno prostático y el tacto rectal a partir de los 40 o 45 años, para tener un diagnóstico temprano y mayores expectativas en cuando al tratamiento.

A final de cuentas, remató la presidenta de la Asociación Mexicana de Lucha contra el Cáncer, Mayra Galindo, “una vez al año no hace daño”.