Pobladores de municipios de alta marginación ante la ausencia de una banca social son víctimas de fraudes por parte de financieras. Esto ya sucedió en el pasado reciente con empresas como Coofía, que defraudó con más de 800 millones de pesos, además de otras cajas populares, burlando el marco legal y aprovechando sus resquicios defraudaron a cientos de personas.

En el caso de municipios que reciben remesas de los Estados Unidos, la situación se agrava por la ausencia de una banca comercial y la proliferación de usureros. Elieser Popocatl Castillo, fundador del Partido Anticorrupción, criticó la política pública alejada de la realidad. 

Actualmente, intenta fundar una banca popular para abatir el rezago social, como una medida para generar desarrollo en el estado.

En entrevista, el doctorando en Derecho por la UAP y activista político, consideró que “uno de los principales retos actuales es la disminución de la pobreza, lamentablemente los esfuerzos del estado en sus tres niveles de gobierno se han limitado en políticas de asistencia social que resultan insuficientes para lograr la atención de la población más vulnerable”.

Para Popocatl Castillo, la pobreza en parte se debe a que los programas sociales son deficientes y el gobierno es indolente, pues tan sólo en el caso de los habitantes de las juntas auxiliares de Atlixco que reciben sus remesas tienen que trasladarse hacia la ciudad de Puebla y viajar dos horas para cambiar su dinero. En lagunas ocasiones han sido víctimas de fraude por seudocompañías cambiarias que cobran altas comisiones, o bien, les han robado.

Esta situación de indolencia y de poca preocupación por el sector vulnerable de las comunidades, que tienen altos índices de migración viven de manera cotidiana la pérdida de sus remesas, o bien, se endeudan y cuando les envían dinero sus familiares de Estados Unidos ya lo deben, por los altos intereses que les cobran los usureros y los prestamistas, que abusan de la población. Es la razón por la cual Popocatl sugiere, por medio de un estudio, que se debe organizar a la población en sociedades cooperativas organizadas como instituciones financieras locales para evitar caer en las manos de los usureros o de compañías fraudulentas y evitar los largos traslados a la capital poblana para cobrar sus remesas.

El banco popular es posible si se organiza a la población, considera Popocatl Castillo: “En parte observamos cómo programas federales que tienden a fortalecer la microempresa o la empresa familiar y a los emprendedores son pocos, con reglas complejas y de difícil acceso, a esto le sumamos la carencia de servicios financieros no de la banca comercial, de suyo inaccesible para la mayor parte de la población, sino también de las cooperativas, cajas de ahorro y microfinancieras, un sector que no ha crecido ni se ha desarrollado”.

La organización de sociedades cooperativas es posible si se considera que tan sólo basándose en estadísticas de la Comisión Nacional Bancaria y de Valores, que miden el acceso a los servicios financieros de la población, “observamos por ejemplo cómo de los 31 municipios que corresponden al distrito 13 de Atlixco, sólo en dos existe el servicio, siendo las cabeceras de Atlixco y Huaquechula las que tienen sucursales de la banca comercial, y los restantes carecen de ellos, sin cooperativas o cajas de ahorro, existiendo municipios como Tochimilco y sus juntas auxiliares, o Tianguismanalco, donde en algunos casos para acceder a estos servicios para cobrar su remesa de Estados Unidos, por ejemplo, tienen que viajar hasta dos o tres horas”.

Uno de los graves problemas de no promover los servicios financieros en las localidades de Puebla es que, al no existir el círculo virtuoso del ahorro y crédito, no es posible que exista un progreso económico y una mejora en la calidad de vida de la población principalmente rural. 

Evitando un desarrollo económico local y comprimiendo el mercado interno y local. Estos factores incrementan la pobreza y no incluyen al sector vulnerable, su situación es pero aún porque se hacen “proclives a caer víctimas de entidades parafinancieras no autorizadas, que hace unos años cometieron uno de los fraudes más cuantiosos en el estado de Puebla, Coofia y Sitma, por ejemplo, se aprovecharon precisamente de ello y, según la propia Procuraduría del estado, el fraude cometido por estas dos parafinancieras fue de más de 800 millones de pesos cada una”.

En cuanto al problema de la usura, Popocatl comentó que las personas se ven obligadas a pagar altas tasas de interés sin la menor regulación por parte de instituciones financieras. Los usureros llegan a cobrar en ocasiones hasta el 10 por ciento semanal de interés por un préstamo, lo que agrava la situación de vulnerabilidad en la que se encuentra la población, en ocasiones llegan a perder su patrimonio.

Como alternativa, se propone que por fin se cree la banca popular, ya que está regulada a partir del año 2001, su objetivo es la conformación de cooperativas de ahorro y crédito que son supervisadas por la Comisión Nacional Bancaria: “Ya que son entidades que deben propiciar el desarrollo de pequeños núcleos poblacionales, el principal problema que existe, es la dificultad para conformar y lograr la autorización de éstas, la población carece de los conocimientos técnicos, normas contables, sistemas informáticos”.

A pesar de que desde la Secretaría de Economía, Sedesol, Sagarpa se busca impulsar microfinancieras y cajas solidarias, éstas no llegan hasta los pequeños grupos rurales.

“En este escenario es urgente e indispensable que la autoridad municipal se prepare con una política para desarrollar este tipo de entidades en su población, que se convierta en el eje articulador de las políticas de la banca popular que existen a nivel federal, que coadyuve en su implementación, sólo así, a futuro podremos observar que una empresa familiar no espera ansiosa un programa federal que le apoye con recursos para su tortillería, su restaurant, su miscelánea, o bien para su fertilizante o sus gallinas, donde sabemos piden muchos y pocos se ven favorecidos”.

Elieser Popocatl Castillo consideró que actualmente estos programas son insuficientes; por lo que si en cada municipio existe su propia cooperativa de ahorro o su caja solidaria, la gente recibirá su crédito e iniciará o hará crecer su negocio y no sólo va a pagar, sino también ahorrara, y esos recursos a su vez fomentaran mayor crecimiento económico en su región.