La gastronomía de Puebla es una de las más reconocidas a nivel nacional e internacional, y va desde platillos barrocos hasta los más sencillos de preparar y consumir, ya sea como plato fuerte o como un antojito.

Las tradicionales chalupas poblanas, molotes y pelonas son algunos de los antojitos típicos de Puebla que degustan tanto pobres como ricos, en puestos de la calle, fondas o restaurantes de prestigio; y dependiendo del establecimiento, se comen directamente tomándolos con la mano o con la ayuda de cubiertos.

Todo poblano, o turista que se aprecie de visitar esta ciudad, no puede dejar de probar un molote, pelona, tacos dorados o de canasta de “Antojitos Acapulco”. Un establecimiento que desde 1962 se ubica en la calle 5 Poniente 144, a unos pasos del Congreso del estado, y en contraesquina de la Catedral de Puebla.

Doña Micaela Juárez fue quien inició este negocio en un pequeño espacio de cuatro metros cuadrados, donde apenas caben dos personas para atender a los clientes, quienes aguardan sobre la banqueta en espera de recibir alguno de los deliciosos antojitos que ahí se preparan.

Irma Jiménez Juárez, una de los seis hijos que tuvo Doña Micaela junto con Don Gilberto Jiménez, relató a Notimex que esta accesoria comenzó con jugos, licuados, esquimos y otras bebidas refrescantes; por ello es que se puso el nombre de “Acapulco”, y al paso del tiempo Doña Micaela decidió ofrecer antojitos mexicanos, ya que a su vez lo aprendió de su mamá, quien vendía comida en el mercado La Victoria, también en el Centro Histórico.

Al ubicarse en una de las calles más céntricas de la ciudad, a este sitio acuden desde campesinos, estudiantes, trabajadores de la construcción, hasta oficinistas, reporteros, diputados, políticos y personalidades del clero, quienes degustan de una pelona, molotes, tacos dorados, tacos de canasta, tostadas y gorditas.

“La gente viene y consume de todo, pero podríamos decir que la especialidad de la casa son los molotes rellenos de pulpo, o los de tinga, champiñones, papas, pollo, picadillo, huitlacoche, chicharrón y requesón. El molote cuesta 17 pesos. Es como una empanada o quesadilla frita, y una vez frito se adorna con salsa verde o roja y crema”, explicó Irma.

Para la Noche del Grito de Independencia –dijo- nos alistamos con un buen surtido de antojitos porque mucha gente después de acudir al zócalo, acostumbra pasar a cenar un molote o una pelona. La pelona Consiste en un pan especial frito que se rellena con frijoles, lechuga, carne deshebrada de res, crema y salsa. Cuesta 20 pesos.

En el caso de figuras públicas, dijo que ya cuando son diputados o funcionarios públicos dejan de acudir a los Antojitos Acapulco, pero mandan a su personal y piden para llevar, o mejor aún, mandan a comprar toda la canasta de tacos.

“También viene mucha gente por los originales tacos de canasta. Los preparamos así desde hace 60 años. Se rellena de papas con chorizo, chicharrón, frijoles con chorizo, y pierna en salsa verde o adobada. Todo lo aprendimos de mi papá, quien vendía tacos todos los días tocando de puerta en puerta. Al día vendía hasta 6 canastas, cada canasta la llenaba con 200 tacos, hasta que abrió este local. Cuando había partidos en el estadio Cuauhtémoc mi papá mandaba mil tacos”, recordó tras precisar que todos son orgullosamente poblanos.

Todos los hijos de la familia Jiménez Juárez están involucrados en Antojitos Acapulco, ya que atiende al día cerca de 100 clientes, abren los 365 días del año de 10:00 a 24:00 horas, y todo el día se surten de la materia prima para dar gusto al paladar más exigente.

“Dentro de los exigentes llegan a pedirnos mesa para comer, o los cubiertos para cortar el molote, pero les decimos que los antojitos mexicanos se comen parados y ensuciándose la mano con la grasa de la fritanga, porque también hay quienes me piden comida sin grasa y acá no vendemos nada light, sólo los refrescos”, dijo tras soltar una carcajada.

Para degustar de unas deliciosas chalupas, otro platillo muy poblano, la cita obligada es acudir al Paseo de San Francisco, sobre el Bulevar 5 de Mayo entre la 14 y 16 Oriente; donde se localiza un par de restaurantes que tienen como especialidad preparar este típico platillo.

Guillermina Rebollar, propietaria del “Restaurante Mi Ranchito”, explicó que las chalupas consisten en unas tortillas taqueras (porque son de tamaño pequeño) bañadas en manteca de cerdo con ajo y sal, sobre las cuales se coloca salsa verde o salsa roja, cebolla picada y carne de cerdo deshebrada, aunque a petición de los mismos comensales también se pueden servir con carne de pollo o de res.

Este antojito en los puestos callejeros, donde las “marchantas” colocan anafres y comales, consiste en una orden de 6 piezas (tres verdes y tres rojas) por 10 pesos, pero en los locales bien establecidos la orden; también de seis piezas, va desde 40 hasta 60 pesos.

Para estas fiestas patrias, ya sea en puestos ambulantes o restaurantes, el común denominador será ver a pobladores y turistas consumir un antojito mexicano, entre los que también se puede incluir las chanclas, chileatole, elotes, esquites, y hasta pozole. Todo ello acompañado por un mezcal, un tequila o una sidra, óque para gustos, se rompen géneros.