La celebración del Corpus Christi mezcló las culturas en la catedral de Puebla, en el recinto se instaló un tapete con fruta y verdura para pedir por las buenas cosechas de este año, además estuvo el Nahual acompañando a los danzantes, mientras el arzobispo, Víctor Sánchez pidió entender el significado del sacrificio.

La celebración del Jueves de Corpus reunió en la catedral al menos a dos mil personas entre alumnas de colegios católicos, representantes de agrupaciones católicas y los danzantes de Huahuaxtla y comunidad cercana a Zacapoaxtla que tocaron la chirimía en honor al cuerpo de Cristo.

Durante noventa minutos los católicos vivieron una de las festividades más importantes para la iglesia, misma que tuvo que cambiarse de día una vez que debía ser el Jueves Santo, pero como es día de reflexión la iglesia la traslado para otra fecha.

La ceremonia

En el interior del templo el arzobispo Víctor Sánchez Espinosa llamó a los fieles a entender el sacrificio y ser mejores personas, esto ante cientos de poblanos que participaron este jueves en la Catedral de Puebla durante la celebración del Corpus Christi.

Víctor Sánchez, celebró la solemne fiesta del cuerpo y la sangre de Cristo, en donde recordó que ésta es una fiesta muy importante porque la Eucaristía es el regalo más grande que Dios ha hecho a las personas, “para quedarse con nosotros, después de su ascensión”.

En la homilía resaltó la importancia de la Eucaristía y que el Evangelio siempre mira a la unidad de la familia humana, "una unidad no impuesta desde lo alto, ni por intereses económicos o ideológicos, sino a partir del sentido de responsabilidad de los unos hacia los otros".

Expresó que los cristianos que se reconocen miembros de un solo cuerpo, el cuerpo de Cristo, han aprendido y aprenden constantemente que compartir "es el camino de la verdadera justicia".

Destacó que por todo lo anterior y por amor a Cristo los cristianos deben trabajar de manera especial en la construcción de una sociedad justa, solidaria y fraternal.

Expresó que la fiesta del Corpus Christi, con sus tradicionales procesiones por las calles de pueblos y ciudades, es la manifestación de que Cristo resucitado camina entre los hombres y que los cristianos pretenden manifestar "abiertamente" que el amor de Cristo "no está reservado sólo a algunos, sino que está destinado a todos".

Sobre el sacramento de la Eucaristía, dijo que la transformación del pan y el vino en el cuerpo y sangre de Cristo es fruto de la entrega que Cristo hace de sí mismo, “un don de amor más fuerte que la muerte".

“Por ello, mientras la comida corporal es asimilada por nuestro organismo y contribuye a nuestro sustento, en el caso de la Eucaristía, se trata de un pan diferente: no somos nosotros los que lo asimilamos, sino que nos asimila Él, y nos convertimos en miembros de su cuerpo, una sola cosa con Él", agregó el arzobispo.

La tradición y la leyenda

De acuerdo con la tradición popular, este día de Corpus Christi también es conocido como el “Día de las mulas”, ya que cuentan que un hombre llamado Ignacio tenía dudas acerca su vocación sacerdotal, y un jueves de Corpus le pidió a Jesucristo que le enviara una señal. 

Al pasar el Santísimo Sacramento en la procesión frente a este hombre, Ignacio pensó: Si ahí estuviera presente Dios, hasta las mulas se arrodillarían, y en ese mismo instante la mula del hombre se arrodilló. 

Ignacio interpretó ésto como una señal y entregó su vida a Dios en el sacerdocio, y se dedicó para siempre a transmitir a los demás las riquezas de la Eucaristía.

Las mulas y los panzones

En esta fiesta tradicional, que data del año de 1526, se acostumbraba la celebración solemne de la misa, seguida de una procesión. Los campesinos traían en sus mulas algunos frutos de sus cosechas para ofrecérselas a Dios, esto fue lo que dio origen a la gran feria que congregaba a campesinos y artesanos.

De esta forma surgieron las mulitas, las cuales significan —al igual que la mula que tenía Ignacio— que nos arrodillamos ante la Eucaristía, reconociendo en ella la presencia de Dios.

La procesión

Al concluir la celebración religiosa, monseñor realizó un recorrido por el atrio de la Catedral, en donde encabezó una procesión con el Santísimo Sacramento, y pasando por el tapete donde había aguacates, jitomates, fruta, flores.