Con flores, velas, música, rezos, comida y con mucho respeto, los habitantes de Tlacotepec de Benito Juárez se dieron cita en alguno de los panteones de ese municipio poblano para pasar una noche con sus muertos. 

La tradición –que data de la cultura Popoloca- marca que los vivos pasen toda la noche en vela en las tumbas de sus ancestros del 1 al 2 de noviembre.

Así los 10 panteones del municipio poblano se ven abarrotados desde el último día de octubre por los deudos que acuden a limpiar las criptas y prepararlas para el regreso de los que se adelantaron.

Cada familia agrega o cambia detalles a sus muertos pero en general los habitantes de Tlacotepec colocan flores de cempasúchil, ceras e inciensos; aseguran que estos elementos que ayudan a las almas a regresar a sus hogares. 

Para quienes ya cumplieron más de un año de haber fallecido, la ofrenda se coloca en las casas donde vivían, por ello los vivos sólo consumen alimentos afuera de los camposantos donde se comercializan antojitos mexicanos. El café, el licor y algún pan se consumen sentados junto a las tumbas sólo para aguantar la desvelada. 

Lo colorido de los panteones, iluminados principalmente por las velas y los cirios, ha colocado a este municipio como uno de los más visitados, durante la temporada de Todos los Santos por los turistas, lo mismo nacionales que internacionales, generando una importante derrama económica para la comunidad que se encuentra entre Tecamachalco y Tehuacan. 

Para la tradicional celebración del Día de Muertos en el municipio de Tlacotepec de Benito Juárez, la cual se realizará del 28 de octubre al 2 de noviembre, se reúnen –en promedio- hasta 5 mil visitantes, lo que genera una derrama económica de entre 3 y 5 millones de pesos.

Al igual que otros años, los habitantes llegaron a los panteones –para velar a sus muertos- desde las 21:00 horas sin embargo pasadas las 02:00 horas del lunes, muchas personas se retiraron de los camposantos tras la atípica lluvia que no dio tregua. 

El agua ocasionó que por primera vez en 20 años, el número de pobladores que se quedó a velar fue drásticamente disminuida, incluso en algunos panteones poco después de las 3 de la mañana no era posible encontrar a personas compartiendo con sus antecesores. 

El primer año

Al caminar por los panteones de Tlacotepec es posible reconocer a los muertos que fallecieron este año. Basta con observar que cuentan con una “cruz de casa”, también tienen ofrenda sobre sus lápidas y sus velas son de “cera pura”. Los habitantes resumen estas amenidades como “ofrenda nueva”.

El dato 

El festejo del Día de Muertos activa la economía de los campesinos que se dedican a la siembra de la tradicional “flor de muerto”, el cempasúchil. Durante 6 meses los campesinos trabajan en una extensión de 100 hectáreas con la esperanza de alcanzar una derrama económica de aproximadamente 500 mil pesos.

Ofrenda especial para los perros

El pasado sábado 31 de octubre, los habitantes retomaron otra costumbre de la cultura Popoloca y rindieron tributo a los perros que fallecieron, ya que de acuerdo con las leyendas, el espíritu de estos animales se encarga de guiar el alma de un humano finado hasta su destino final.

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