El campo de la vida artificial es un campo de frontera y que tiene un proceso masivo de investigación. En pocas décadas está revolucionando nuestra forma de ver y cómo abordar los procesos complejos, tanto los ecológicos como sociales... Pero me atrevería a decir que esta actividad está aún muy ligada a la academia, al trabajo teórico o vinculada a procesos corporativos como la guerra a través de armas, yo diría que a campos innecesarios, así comenzaba una plática informal con Luis García Barrios, experto en ciencias ambientales y que después nos llevaría a conocer lo que él y un equipo de investigadores están haciendo con las herramientas científicas.

En medio de una vorágine de temas relacionados con la vida artificial, me encontré con Luis, este investigador mexicano que ha enfocado su trabajo en apoyar al sector agrícola, un campo que no se ve, no se toca, ni se escucha.

Luis y su equipo trabajan desde la agroecología, que es entender la agricultura campesina. Para los mexicanos, nuestra agricultura es algo tan cotidiano que no nos damos cuenta de lo que significa, pero se trata de uno de los artes agrícolas más sofisticados del mundo y se está perdiendo (...) Mientras algunos lo ven como algo del pasado que tiene que desaparecer, otros lo vemos como la única opción para nuestro futuro, sostuvo.

Aseguró que el concepto de milpa, el sistema del maíz, frijol, calabaza, tomate y quelites, forma parte de un tipo de cultivo de la tierra con increíble número de ventajas ecológicas y agronómicas; el sistema de riego por cántaro o la cafeticultura orgánica son procesos orgullosamente mexicanos que se desarrollaron hace muchos años y hoy están en peligro de extinción.

Entonces, estudiar su complejidad y procesos ecológicos era para nosotros la vía a seguir, explicó García. Algunos de nosotros nos hemos interesado en tender puentes entre todos estos desarrollos que están más en manos de los físicos, matemáticos, biólogos teóricos o ingenieros genéticos y tomar de ahí las cosas valiosas para la enseñanza y la práctica, expuso.

 

Investigadores y campesinos, la mejor combinación

A diferencia de la mayoría de los investigadores, este grupo de científicos tiene como aliados y colegas a la gente del campo.

Algunas personas podrían sorprenderse de cómo es posible que algunos campesinos que incluso apenas saben leer y escribir pueden tener acceso a este tipo de investigación. Bueno, de hecho los campesinos tienen una visión de complejidad bastante elaborada y a pesar de que no tienen una educación formal, sí pueden beneficiarse de las intuiciones de esta ciencia de la complejidad y que tienen aplicaciones muy concretas en el tema de vida artificial, pero hay que saber cómo establecer ese diálogo, sostuvo el investigador.

Por ello, este equipo del ?Colegio de la Frontera Sur ha encontrado que no sólo los modelos de simulación que realizan los expertos funcionan. A través de juegos de mesa llamados sociecológicos, los cuales se desarrollan junto con los campesinos, se pueden resolver problemas y acertijos y comprender conceptos abstractos como el caos, auto-organización, creatividad, etcétera.

Esto, aunque pareciera un ejercicio académico, ya se está utilizando en el estado de Chiapas para discutir alternativas sobre la roya, (una pandemia que ataca la producción de café y de la que dependen medio millón de familias campesinas en México).

Este caso de éxito se presentó en el encuentro más importante sobre vida artificial, Alife, el cual se lleva a cabo en Cancún por primera ocasión y fue recibido con mucho interés por los investigadores más destacados alrededor del mundo.

Ciencia y naturaleza

A través del Ajedrez Azteca, donde el protagonista es una hormiga azteca, se logra comprender la complejidad de la agricultura para dejar de ser manipulados por las ideas de que, frente a un problema, lo que hay que hacer es aplicar un insecticida, meter un transgénico, darle prioridad a la agricultura industrial o canalizar el presupuesto a estos procesos con los que nos apantallan, explica García.

Con este juego se logra entender la riqueza de los organismos y cómo nos están ayudando; por ejemplo, cuando comprendes que las hormigas que viven en los árboles son fundamentales para proteger a un animal que se llama escama que protege a un hongo blanco y que a su vez ataca la roya, tal vez valga la pena dejar estas hormigas y los árboles en los que viven en lugar de eliminarlas, dijo.

Luis explicó que éstos son procesos complejos que incluyen vida artificial: 16 años de investigación muy detallada, la colaboración de 22 investigadores y campesinos conocedores son los factores para entender esta red, sus consecuencias y su potencial para el control de plagas; entendiendo que la complejidad de estos procesos nos puede llevar a distintos resultados, dependiendo de su aplicación.

Actualmente, este juego está en evolución, pues se está haciendo la programación del mismo para teléfono celular; además, se está creando de manera física por un artesano mexicano; sin embargo, se necesita más apoyo financiero, público o privado, para que este proyecto llegue mucho más lejos y se puedan desarrollar más juegos serios que abordan todo tipo de problemas como adicciones, el agua o la guerra, concluyó el investigador.