Con el nuevo gasoducto, la multinacional TransCánada y su filial en México, Transportadora de Gas Natural de la Huasteca, pone en riesgo la vida, el agua y la tierra en 130 comunidades indígenas.

De este modo rechazaron la construcción, así lo advirtieron mujeres de origen ñha ñhú, integrantes del Consejo Xagu Yamui, defensoras de la Sierra de Hidalgo y Puebla,

En rueda de prensa, señalaron que tan sólo en la zona indígena de Pahuatlán intentan destruir más de 600 hectáreas del Bosque Mesófilo de Montaña.

Por lo que demandaron a los gobiernos estatal y federal se respete la consulta a los pueblos indígenas, como marcan los tratados internacionales a los que se encuentra suscrito México.

“Si la empresa quiere construir su gasoducto, porque no lo hace allá, en Canadá, pero no en nuestras tierras”, exigieron.

Esta es una reserva ecológica de la que sólo queda menos del 1 por ciento en México, advirtieron.

Las indígenas, aunque no mencionaron sus nombres, acusaron al alcalde de Pahuatlán, Arturo Hernández Santos, de amenazar a los pobladores, al asegurar que el gasoducto va a pasar por sus tierras.

Y refirieron que la explicación fue simple para el edil, “porque cuenta con su autorización”, aunque no existe una consulta a los pueblos de esta región serrana.

El presidente municipal de extracción panista comentó que está por autorizar el cambio de uso de suelo para la instalación de la obra.

Explicaron que en una reunión en Ahuacatitla, Arturo Hernández informó a la población que se debería favorecer a la empresa y al gobierno, porque el gasoducto es la puerta de muchos proyectos.

Y les prometió que para que llegue a la comunidad, no hará más que firmar a la empresa el cambio de uso de suelo.

Afirmaron que la traza del gasoducto atravesará viviendas y terrenos que son propiedad de al menos 80 familias, quienes iniciaron una resistencia organizada contra el proyecto transnacional que procede del estado de Veracruz.

Asimismo, no descartaron que la empresa TransCánada haya “comprado” al presidente municipal, pues es el primer opositor a que el pueblo luche por defender la vida, el agua y su vegetación.

La operación de TransCánada  ha generado movilizaciones contra el oleoducto Dakota Access, cuya construcción tiene un costo de 3 mil 800 millones de dólares y que enfrenta la oposición de la tribu sioux de Standing Rock, así como de integrantes de cientos de tribus de Estados Unidos y Canadá.

“El gasoducto pasa, porque pasa”

Relataron que en el encuentro en Ahuacatitla, el presidente municipal les advirtió que el gasoducto pasaría de cualquier modo, aunque afectara a 80 familias de la comunidad Montellano, “quienes no representan nada”.

Relató la mujer que los lugareños le reclamaron que el gasoducto va afectar la flora y fauna de la región, como las orquídeas y los árboles de pesma que crecen a lo largo de 150 y 200 años.

El edil de Pahuatlán se ha manejado con total opacidad, mintiendo a los habitantes “porque la empresa va a entrar a la mala, sin consultar a los pueblos”, afirmaron.

Informaron que aún no se instala la tubería del gasoducto pero está la advertencia de iniciar su construcción para este mismo año.

El trazo

El gasoducto forma parte del plan quinquenal de la Secretaría de Energía, y amenaza con afectar a pueblos asentados en los estados de Veracruz, Puebla e Hidalgo.

En un comunicado, explicaron que sin autorización de los propietarios de las tierras, en la comunidad de Montellano, en Pahuatlán, personal de la empresa ha vendido marcando el paso y sembrando tubos de concreto.

“Los pueblos tienen todo el derecho de decir no a los planes del gobierno y la ambición de las empresas, cuando se pone en riesgo la vida, la salud y el ambiente”.

Por lo tanto, demandaron que la empresa TransCánada informe a las comunidades de las obras que pretende realizar en sus tierras, y que dicha información se realice en su lengua nativa.

Insistieron que los trabajadores sacaron muestras de suelo para realizar sus estudios de factibilidad, ingresando a las propiedades sin permiso.