Rosendo Huesca Pacheco, primer arzobispo emérito de Puebla y último obispo conciliar de la década de los años sesenta, quien puso fin a la guerra ideológica entre la iglesia y la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), falleció este sábado a los 85 años de edad.

Por medio de un comunicado, el arzobispo de Puebla, Víctor Sánchez Espinosa, dio a conocer la muerte de su antecesor, quien fuera el ministro que mayor tiempo estuvo al frente de la arquidiócesis luego de ser nombrado por el Papa Paulo VI en 1977 y ser relevado el 24 de febrero de 2009.

Huesca Pacheco fue el maestro universitario que menos conflictos enfrentó por la guerra ideológica que se presentó a mediados del siglo pasado en Puebla, además, mostró apertura en temas como la eutanasia y el suicidio, aunque tuvo que enfrentar cuestionamientos por los abusos cometidos por sacerdotes.

Transcurría el año de 1977 cuando, sorpresivamente, el Papa Paulo XVI decidió hacer un cambio en la arquidiócesis de Puebla. Ernesto Corripio Ahumada era arzobispo primado de México y, a pesar de protestas de grupos conservadores que señalaba en sus columnas el periodista Manuel Buendía, se decidió que el puesto fuera ocupado por Rosendo Huesca Pacheco.

La guerra ideológica

En 1976, el Papa Paulo VI decidió enviar a la arquidiócesis a Ernesto Corripio Ahumada, cuya primer tarea fue lograr la reconciliación, la que se dio casi de manera inmediata al desligarse de grupos radicales e iniciar el diálogo con el jerarca de la izquierda poblana, Luis Rivera Terrazas, rector de la Universidad Autónoma de Puebla, con quien se reunió en la casa del periodista Enrique Montero Ponce, cesando con ello los ataques entre ambas instituciones.

El trabajo de Corripio Ahumada le permitió llegar a la arquidiócesis primada, en sustitución  de Rubén Darío Miranda, quien además era cardenal.

Rosendo Huesca Pacheco, entonces obispo auxiliar de Puebla, fue elevado a arzobispo por el Papa Paulo VI,  cuando se decía que sería Isauro Corona Báez quien ocuparía el cargo, pero su tendencia ligada a grupos de la derecha, según lo escribía Manuel Buendía, hizo que el Vaticano a pesar de la presencia de representantes católicos que viajaron a Roma, optara por mantener la línea de reconciliación.

La primera parte del arzobispado

Menos de año y medio después, Rosendo Huesca organizó la III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, donde por primera vez llegaría un Papa a México y sobre todo Puebla que era la sede. En abril de 2005  un día después de la muerte de Juan Pablo II reveló lo sucedido al recibir al máximo jerarca de la iglesia católica.

Política

Rosendo Huesca Pacheco se mantuvo cerca de los políticos pero en sana distancia. En las conferencias de prensa dominicales en Catedral reiteró que los ministros de la Iglesia Católica se encontraban impedidos, de acuerdo al derecho canónico, a ser votados para ejercer puestos de elección popular, además, destacó que el ejercicio de la política pública no era compatible con la de su ministerio.

En 2006, declaraciones del arzobispo previas al proceso electoral federal generaron que incluso se llevara un proceso en el Consejo de Instituto Federal, ya que fueron sacadas de contexto algunas de sus frases pues aclaró que el abstenerse de votar “no es pecado”, sino una falta de responsabilidad, pero reconoció que hay quienes tienen sus razones válidas para dejar de ejercer su derecho, aunque señaló que la arquidiócesis de Puebla llamaría a los católicos a ejercer su voto y que no se cerrara el camino de la participación.

Al preguntarle sobre el abstencionismo, manifestó: “No sé lo que va a pasar el día de las elecciones, posiblemente la gente vaya a votar por alguno de los que vaya en punta o se abstenga, pero no sé qué pasará”.

Sin respaldo a radicales de la derecha

El 14 de febrero de 1988, enfrentó un reto cuando jóvenes artistas pintaron a la Virgen María desnuda, lo que provocó una manifestación encabezada por el rector de la Universidad Popular Autónoma de Puebla (UPAEP), Mario Iglesias. No obstante, el jerarca católico solo pidió respeto y que no se dieran las confrontaciones.

Sin caer en papel de inquisidor, medió para que las obras fueran destruidas a fin de que no se prestaran a nuevos enfrentamientos. Nunca más se tocó el asunto.

Piedra en el zapato

Durante su arzobispado tuvo que enfrentar problemas como el caso de Francisco Fuentes, sacerdote de Tlaxcalancingo a quien primero se le vinculó con exorcismos y después fue acusado de lesionar y abusar sexualmente en contra de a Angélica Espinosa, Silvia Cóatl y Verónica Juárez.

Asimismo, el caso más reciente fue el del sacerdote Nicolás Aguilar Rivera acusado de cometer actos de pederastia en México y en Estados Unidos, pero el asunto nunca estuvo en sus manos.

Eutanasia y suicidios

El arzobispo mostró apertura a temas como la eutanasia y los suicidios. Además, señaló que la iglesia Católica no podrá estar a favor de una ley para practicar la eutanasia pero aclaró que sí aprobaba la decisión de las personas que no desean alargar sus vidas con medios extraordinarios como operaciones y quimioterapias.

Puntualizó que la iglesia católica respeta la decisión de las personas que deciden que no quieren prolongar su vida con medios extraordinarios, por ejemplo estar conectados a respiradores artificiales, que les tengan que extirpar algún órgano.

Insistió que nadie está obligado a salvar su vida con los medios señalados, y un caso frecuente son los enfermos de cáncer que prefieren no enfrentar terapias dolorosas y solo son controlados con calmantes.

El arzobispo mencionó que hay personas que piden a sus familiares e incluso firman ante un notario público que en caso de caer en estado de coma, no los conecten a aparatos que les alarguen la vida.

Su obra

Huesca Pacheco estableció la fundación de beneficencia privada “Caritas”, que ofrece ayuda a indigentes, enfermos crónicos y en fase terminal, dándoles gratuitamente, casa, vestido, sustento y atención médica, además hospedaje y alimentos a personas de bajos recursos y del medio rural. 

También fundó el Banco de Alimentos, que distribuye mensualmente varias toneladas de víveres mediante despensas que se entregan una vez a la semana a más de 10,300 personas de escasos recursos. También creó la Casa del Adolescente y la Estancia Infantil (atendida por Cáritas), la "Casa de la Familia", así como dos casas del Campesino (en Libres y en Cuautlancingo ).

También, impulsó la educación en el estado a través de la Pastoral Social la cual, con el apoyo del Instituto Estatal de Educación para Adultos (IEEA), ha establecido en algunas parroquias centros de alfabetización y de cursos para la culminación de estudios de primaria y secundaria.

Fundó una casa de oración y en San José del Puente otra para servicio de la ciudad, con el nombre de Mons. En su carácter de Presidente de la Comisión Episcopal de Educación y Cultura, coordinó los trabajos del “Proyecto Educativo de la Iglesia en México” en 1992, en el cual se ofrece una propuesta educacional específica, derivada de la rica experiencia de la Iglesia en materia de educación y enraizada en los valores propios de la identidad nacional.

El relevo

El 5 de febrero de 2009, fue nombrado administrador apostólico de la arquidiócesis de Puebla, y se convirtió en el primer arzobispo emérito de Puebla. Asimismo, informó que no se iba de Puebla y tendría una oficina en la Casa de la Familia.

La biografía

Rosendo Huesca Pacheco nació en Ejutla de Crespo, municipio de Oaxaca, el 3 de marzo de 1932. Inició sus estudios en el Seminario Palafoxiano de Puebla para después continuarlos en Roma, en la Universidad Gregoriana, donde se licenció en Teología y Derecho Canónico.

Fue ordenado sacerdote el 28 de octubre de 1956 y comenzó estudios especializados en Psicología y Pedagogía por la Universidad de Fordham, Nueva York.

A lo largo de su carrera, desempeñó diversos cargos de suma importancia para la estructura católica angelopolitana. En 1964 fue nombrado rector del Seminario Mayor Palafoxiano y cinco años después fundó y presidió la Organización de Seminarios Mexicanos.

En 1970 El Papa Pablo VI lo nombró obispo titular de Themisonium y auxiliar de Puebla, recibiendo  la Consagración Episcopal de manos del entonces arzobispo Octaviano Márquez y Toríz  el 24 de agosto.

El 28 de septiembre de 1977, mediante la Bula “Cum Archiepiscopalis” el Papa Paulo VI lo nombró VII Arzobispo de Puebla, desde donde se encargó de tareas importantes como la organización de la Conferencia del Episcopado Latinoamericano y la primera visita del Papa Juan Pablo II.