Estamos cerca de concluir el tiempo de adviento e iniciar la Navidad y esta espera de Jesús se trata principalmente, de maravillarse ante la acción de Dios, de sus sorpresas, y de darle a Él la prioridad. ¿Cómo manifestamos que le damos a Jesús la prioridad en este tiempo?

Primero con una visión de fe y esperanza. Otra forma es despertando “del sueño de la indiferencia, de la vanidad” que lleva a abandonar al débil y al más necesitado.

 

 

Queridos amigos, estamos a tiempo de arreglar nuestro corazón, nuestra casa para recibir en esta Navidad al prójimo, al que más nos necesita, a aquel que durante el año no pudimos perdonar.

Pregúntate ¿a quién quiero recibir esta Navidad? Y date ese regalo, el del perdón, el de la reconciliación, el de la cercanía, el del salir de ti mismo para recibir a alguien más.

Que la Navidad, nos entusiasme para estar abierto a los demás, sobre todo a los más necesitados y a los que están alejados de nosotros. Y que el inicio de un nuevo año renueve nuestra vida, dándonos la oportunidad de un nuevo comienzo, sin rencores, sin soledad, sin tristeza, sin abatimiento en nuestro corazón. Que Dios en su inmensa bondad, renueve este día su deseo de vivir libres de todo lo que los lastima.