Los bebés y niños pequeños, aunque llevan el Covid-19 a casa con menos frecuencia que los adolescentes, son más propensos a transmitirlo dentro de sus hogares, reporta The New York Times.  

De acuerdo con un estudio publicado en la revista JAMA Pediatrics, esto tiene que ver con el contacto cercano que tienen con sus cuidadores, por lo que los factores conductuales pueden, al menos en parte, explicar estos hallazgos, incluido el hecho de que los niños muy pequeños necesitan muchos cuidados activos y no pueden aislarse cuando están enfermos.

El documento, no resuelve un debate en curso para determinar si los niños infectados son tan contagiosos como los adultos y no sugiere que los niños pequeños estén impulsando la pandemia. No obstante, sí demuestra que hasta los niños muy pequeños pueden tener un papel en la transmisión.

“La conclusión clave es que se muestra con claridad que la transmisión de los niños ocurre en el hogar. Esto quiere decir que necesitamos pensar con urgencia en cómo proteger las escuelas cuando reabran”, dijo Zoe Hyde, investigadora de salud pública en la Universidad de Australia Occidental, quien no estuvo involucrada en la investigación.

El nuevo estudio, realizado por investigadores de Salud Pública de Ontario, se basó en los casos de Covid-19 y las pruebas positivas registradas en Ontario del 1 de junio al 31 de diciembre de 2020.

Se concentraron en 6 mil 280 hogares en los que la primera persona en contagiarse del virus era menor de 18 años.

En la mayoría de los casos encontraron que la cadena de transmisión se detenía con el niño contagiado, pero en 27.3% de los hogares, los niños pasaron el virus al menos a otro habitante.

Los adolescentes fueron más propensos a llevar el virus a sus hogares: los jóvenes de entre 14 y 17 años representaron 38% de todos los casos índices.

Los niños de 3 años o menos fueron los primeros en enfermarse en sólo 12% de los hogares, pero fueron los más propensos a contagiar el virus a otras personas en su casa.

La probabilidad de una transmisión casera era más o menos 40% superior cuando el niño infectado tenía 3 años o menos que cuando tenía entre 14 y 17 años.

Se detectó que, aunque es probable que los niños muy pequeños tengan menos interacciones sociales fuera de casa, tienden a estar en contacto físico cercano con otros en el hogar y llevan objetos a la boca.

Con información de The New York Times.