La fe reunió a quienes protegen a los animales y a sus mascotas en el templo consagrado a San Antonio Abad, localizado en el pintoresco y colonial barrio de la Angelópolis.

La tradición de San Antonio Abad no se olvida en el día de San Antonio, quien es considerado el protector de los países latinos, los fieles llevaron a bendecir a sus mascotas.

Lo fieles de San Antonio Abad se acercaron a su templo preferido, durante la tarde-noche para que sus animalitos reciban un buen "baño" de agua bendita por los  sacerdotes del templo de la metrópoli y de los 217 municipios de la entidad.

Algunos perruchos "escucharon" muy plácidamente la palabra de Dios, plenamente echados en el corredor del templo.

Pero algunos dueños prácticamente arrullaron a sus peludos amigos por la intranquilidad y por no lograr permanecer quietos.

En el templo desfilaron también gatos, canarios y hasta pequeños marranitos en compañía de sus dueñas y dueños.

Además, familias completas también llevaron a sus cachorros para recibir la bendición, que según cuenta la historia, San Antón o San Antonio Abad era capaz de devolverles la salud en un santiamén.

Familias, solteras y solteros agradecieron a su patrón por permitir a sus mascotas un año de salud y vida. 

Al interior del templo de San Antonio Abad, se presentaron personas que jalaron hasta con el perico para recibir la bendición y el agua bendita, garantía de supervivencia celestial animalesca, palabra a donde los humanos no son excepción.

Las mascotas al ser parte de la columna vertebral de la familiar también tienen derecho de estar contentos y seguros por la protección divina, advirtió Doña Ernestina. 

Al interior del templo y en el atrio, las mascotas desfilaron dejando una estela multicolor, pero para dar constancia de su existencia en la mente de sus dueños, algunos inmortalizaron el momento sacando una instantánea con sus teléfonos móviles. 

San Antonio

San Antonio Abad nació en Egipto en el año 250, fue hijo de acaudalados campesinos, pero tras la muerte de sus padres, San Antonio repartió todos sus bienes entre los pobres y se retiró al desierto. A partir de entonces se han creado varias leyendas que se entremezclan con su vida real.

Durante una celebración eucaristía escuchó las Palabras de Jesús: “Si quieres ser perfecto, ve y vende todo lo que tienes y dalo a los pobres”, palabras que aplicó literalmente. 

Tras el traslado de sus reliquias al Delfinado, su fiesta se estableció el 17 de enero, día en que se celebra en muchas regiones con diferentes ceremonias y costumbres.