A finales de enero, organizaciones civiles presentaron el proyecto Casa del Migrante Poblano, un inmueble ubicado en la Avenida Juárez 1504 donde, se dijo, se abriría un albergue y se darían apoyos jurídicos gratuitos. Mes y medio después continúa cerrada, vacía y en remodelación.
El proyecto, impulsado por activistas y respaldado por diversas organizaciones sociales, fue presentado en enero como un centro de acogida que ofrecería no solo un techo, sino también servicios integrales de asesoría legal, apoyo psicosocial y orientación para la reintegración laboral, pero hasta ahora, el inmueble no indica que en el lugar se realicen estas actividades.
Según el activista Carlos Orea, representante de migrantes en Estados Unidos y una de las voces principales del proyecto, la Casa del Migrante Poblano está experimentando un cambio.
“Ya se han iniciado trabajos de remodelación: se está renovando toda la tubería y se acondicionan los baños y regaderas. Estimamos que, en aproximadamente un mes, el albergue podrá funcionar de manera parcial”, informó Orea.
Estas mejoras, que buscan transformar el espacio en un refugio digno, se inscriben en la urgencia de atender a quienes han sido repatriados sin apoyo ni recursos suficientes para reintegrarse.

Las deportaciones
El impulso a este proyecto no es fortuito. Las cifras oficiales del Gobierno de Puebla evidencian una realidad preocupante: desde la asunción de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos, se han deportado 340 migrantes poblanos, hasta la semana pasada.
Estos números se suman a una estadística aún más alarmante: durante el año 2024, se registraron cerca de 13 mil deportaciones, situando a Puebla como uno de los focos principales de la política migratoria restrictiva en la región.
Esta tendencia ha dejado a miles de familias en una situación de vulnerabilidad, obligando a muchos a buscar en vano recursos y espacios de apoyo.

El reto
La remodelación del edificio es solo el primer paso de una serie de acciones que pretenden brindar un servicio integral a los deportados. Los responsables del proyecto subrayan la importancia de contar con instalaciones adecuadas que ofrezcan atención inmediata, en un país que cada vez enfrenta mayores presiones migratorias.
Aunque aún falta ver la inauguración oficial, las expectativas están puestas en que, en las próximas semanas, el espacio comience a operar de manera parcial.